Amnistía Internacional denuncia la hipocresía intrínseca de las políticas migratorias y asilo de la Unión Europea
21/06/2011Londres/Madrid.- Hace unas semanas se encontraron los cadáveres de 150 personas frente a las costas de las islas Kerkennah, pertenecientes a Túnez. Eran personas que habían huido del conflicto de Libia buscando seguridad en Europa. Su muerte pasó a engrosar la cifra de personas refugiadas y migrantes que han perdido la vida tratando de llegar a Europa: más de 1.400 en lo que va de año.
“No es un problema nuevo. Desde hace años, refugiados y migrantes emprenden esta misma travesÃa. Sin embargo, mientras que Egipto y Túnez, en medio de su propia agitación polÃtica, admitieron sin titubeos a cientos de miles de refugiados procedentes de Libia, los Estados miembros de la Unión Europea (UE) no tomaron medidas creÃbles para tratar de impedir que miles de personas que huÃan de este paÃs murieran en el mar”, asegura Sherif Elsayed Ali responsable del Equipo sobre Derechos de Personas Refugiadas y Migrantes de AmnistÃa Internacional.
“Los Estados miembros de la UE deberÃan haber aumentado la vigilancia aérea y las operaciones de rescate marÃtimo para ampliar su capacidad de ir al rescate de embarcaciones en peligro. Incluso tenÃan a su disposición para ello los recursos de la OTAN y de la agencia FRONTEX (la agencia de seguridad de fronteras de la UE). También podrÃan haber reasentado a refugiados vulnerables de Túnez y Egipto. En lugar de eso, los gobiernos de la Unión se centraron en sus asuntos domésticos y adoptaron una actitud de pánico frente a las personas que habÃan sobrevivido tras atravesar el Mediterráneo y habÃan conseguido llegar hasta Europa”, continúa Sherif Elsayed Ali.
En los últimos diez años se ha producido una erosión gradual de la protección de los derechos de las personas refugiadas y migrantes en Europa. Las polÃticas de seguridad que se aplicaron tras los atentados del 11-S se han utilizado para dejar de lado las preocupaciones sobre derechos humanos y las polÃticas de inmigración sensatas en respuesta a consignas populistas atemorizadoras. Las reacciones discriminatorias contra refugiados y migrantes se han convertido en instrumento habitual de algunos polÃticos, que los culpan de aumento de la criminalidad, amenazas para la salud pública y problemas económicos.
“Europa, que en su dÃa jugó un papel esencial en la protección de los refugiados, el continente cuya crisis de refugiados tras la 2ª Guerra Mundial dio lugar al régimen internacional de protección para estas personas, desvirtúa ahora esta protección”.
Las personas refugiadas se ven obligadas a abandonar sus hogares para escapar de la persecución y el conflicto y arriesgar su vida en busca de libertad y seguridad, mientras que las migrantes dejan tras de sà pobreza y situaciones económicas desesperadas, y buscan una vida mejor para ellos y sus familias en Europa. Representar a refugiados y migrantes como personas indignas, avariciosas o delincuentes no sólo es falso, sino que fomenta la xenofobia y la violencia.
La doble moral de Europa
“Llevada fundamentalmente por intereses económicos y polÃticos, a lo largo de los años, la UE se ha llenado la boca con los derechos humanos de las personas refugiadas y migrantes; pero a la vez ha apoyado y financiado polÃticas abusivas de control migratorio en paÃses como Libia, donde se detenÃa a refugiados y migrantes durante años en circunstancias inhumanas, a menudo sometiéndolos a tortura, y en los cuales los refugiados se enfrentaban a un peligro real de persecución al devolverlos a sus paÃses de origen”.
En octubre de 2010, la Comisión Europea firmó un programa de cooperación con Libia sobre la gestión de los flujos migratorios y el control de fronteras, con un desembolso de 50 millones de euros hasta 2013 por este servicio. Unos cuantos meses más tarde, los gobiernos europeos expresan su indignación por las numerosas violaciones de derechos humanos y ataques contra la población civil perpetrados por el régimen libio en el actual conflicto. Aunque hacen bien en indignarse, esta actitud pone de manifiesto la hipocresÃa intrÃnseca a las polÃticas de migración y asilo de la UE, que pretenden promover los derechos de las personas refugiadas y migrantes cuando de hecho aprueban prácticas abusivas para impedirles que lleguen a Europa.
El hecho de que no actúen eficazmente para ayudar a las embarcaciones que están en peligro en el Mediterráneo prueba que los Estados miembros de la UE están dispuestos a poner sus intereses polÃticos por encima de los derechos de las personas que huyen de las crisis del Norte de Ãfrica.
La falta de respuesta europea y del Gobierno español
España, al igual que el resto de los paÃses de la Unión Europea, también ha apostado por polÃticas cada vez más restrictivas en relación a la protección internacional, dando la espalda a sus obligaciones de derechos humanos, y siendo además uno de los paÃses de la Unión que menos decisiones de asilo concede.
AmnistÃa Internacional se ha dirigido al Gobierno español para llamar su atención sobre la preocupación de la organización ante la falta de respuesta adecuada de Europa, incluida España, tanto ante el conflicto que está ocurriendo actualmente en el Norte de Ãfrica, como ante otras crisis humanitarias prolongadas en el tiempo. Es el caso de miles de personas somalies que se han visto obligadas a abandonar su paÃs, vÃctimas del conflicto en el que Somalia está atrapada desde hace dos décadas; muchas de ellas llevan más de 20 años viviendo en campos de refugiados donde existen graves amenazas para su seguridad, incluyendo violencia sexual.
Existen enormes dificultades para poder llegar a España y pedir asilo, relacionadas con el fortalecimiento de las fronteras europeas y su externalización, trasladando a terceros paÃses el control migratorio, e impidiendo la llegada de los refugiados a Europa. Los que consiguen llegar, una vez aquÃ, también se encuentran con muchas dificultades para acceder a los procedimientos de asilo con todas las garantÃas.
A esto hay que añadir el incumplimiento de España de las promesas realizadas, como por ejemplo la de poner en práctica un programa de reasentamiento para aquellos refugiados cuya única salida es asentarse en un tercer paÃs, como es el caso de los miles de refugiados somalies, cuando el retorno a su paÃs es imposible, algo que ACNUR (Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados) ha urgido a los Estados a establecer y que reconoce la última reforma de la Ley de Asilo de 2009.
AmnistÃa Internacional pide un compromiso claro con las personas que necesitan protección internacional por parte del Gobierno español y le insta a cumplir con sus obligaciones de derechos humanos, dando prioridad a los casos más vulnerables, y recuerda que, en relación con la crisis del Norte de Africa, tanto la Unión Europea como los Estados miembros, entre ellos España, tienen la responsabilidad de proteger a los refugiados y migrantes que vienen a nuestras costas, y rescatar a aquellos cuyas vidas están en riesgo.
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