Más de 50 ONG africanas y españolas piden la inclusión de las mujeres del Sur en las agendas políticas del desarrollo

Donantes y gobiernos establecen sus políticas de ayuda al desarrollo sin tener en cuenta a las organizaciones de mujeres del Sur.
Las ONG denuncian la retirada de financiación a las organizaciones de mujeres que trabajan por los derechos sexuales.

Madrid, 4 de febrero de 2011. Mientras que los gobernantes de los países ricos se sientan para diseñar sus políticas de desarrollo junto a sus homólogos de los países empobrecidos, las mujeres africanas continúan liderando los procesos de cambio social en sus comunidades sin tener ninguna capacidad de influir en estas tomas de decisiones. Esta ha sido una de principales conclusiones a las que han llegado un total de 58 organizaciones de la sociedad civil de Mali, Níger, Burkina Faso y España en el encuentro organizado por Red ACTIVAS, y financiado por la AECID, que ha tenido lugar en Bamako (Mali) durante cinco días.

“La igualdad de género en el desarrollo no sólo significa desarrollar proyectos para beneficiar a mujeres, sino también la apertura de espacios de participación para las propias mujeres de estos países”, apuntó en el encuentro Marta O’Kelly, directora de Red ACTIVAS.

O’Kelly también denunció la ausencia de mujeres en los ámbitos de negociación para definir las estrategias de lucha contra la pobreza. “Se excluye a las mujeres de los planes, políticas y prácticas apoyadas por la cooperación, ya que los gobiernos donantes y receptores de ayuda no garantizan su participación en los procesos de consulta”, continuó.
En el encuentro también se analizaron las consecuencias del llamado “círculo vicioso” en el que se encuentran los movimientos de mujeres africanas y latinoamericanas que trabajan a pequeña escala pero cuyo papel en el desarrollo es fundamental.

“Los donantes y las organizaciones suelen considerar que las organizaciones de base de mujeres no tienen capacidad de influencia y absorción para crecer, por lo que no aumentan los fondos para ellas o directamente no realizan inversión en ellas, lo que supone un freno importante para alcanzar la igualdad de género”, añadió O’Kelly.

Por su parte, Rizalatou Sant-Anna Epse, portavoz de la potente asociación panafricana Mujeres en la Justicia y el Desarrollo en África (WILDAF, por sus siglas en inglés), destacó que la eficacia de la ayuda “se ha centrado en las políticas fiscal y monetaria y en la inversión pública, por lo que hay una falta considerable de recursos para lograr los objetivos y prioridades para reducir la discriminación que viven las mujeres”.
Todavía más crítica se mostró Montse Pineda, directora de Creación Positiva, quien afirmó: “si las mujeres, que son los principales actores del desarrollo, no pueden participar directamente en el diseño de las políticas de cooperación, corremos el riesgo de convertir la solidaridad en un mero instrumento para edulcorar las conciencias de los habitantes de Occidente”.

Además, Pineda denunció los recortes de financiación que sufren las organizaciones de mujeres que trabajan por los derechos sexuales y reproductivos, especialmente en Latinoamérica. “Mientras los países donantes de ayuda tradicionales en la zona, como EEUU, Reino Unido y Alemania, están disminuyendo sus aportaciones de ayuda a la región, las asociaciones de mujeres tienen serias dificultades para lograr financiación por parte de sus propios gobiernos, quienes son muchas veces reacios a promover los asuntos relativos a la igualdad de género y los derechos sexuales”, subrayó.

Evitar la confrontación cultural, clave para terminar con la ablación

El Encuentro Internacional de Salud, Género y Eficacia de la Ayuda, organizado por Red ACTIVAS del 23 al 28 de enero con la financiación de AECID, contó con varias reuniones de trabajo, 16 conferencias de expertos/as, así como 8 talleres prácticos de profesionales sanitarios de varios países del Oeste de África. Se abordaron diferentes temas ligados a la cooperación al desarrollo con enfoque de género, así como la situación de salud sexual y reproductiva, principalmente en el continente africano.
Al foro asistieron más de 100 personas de 58 organizaciones de mujeres y de cooperación al desarrollo que trabajan en diferentes áreas, como la salud, la justicia y el empoderamiento económico.
En el encuentro también se profundizó en un análisis sobre el impacto de la ayuda al desarrollo en las vidas de las mujeres africanas, así como el papel que estas juegan para mejorar la salud de los habitantes de sus comunidades. Un ejemplo de ello es la Asociación Maliense para el Seguimiento y Orientación de las Prácticas Tradicionales (AMSOPT, por sus siglas en francés), que recibe apoyo de Red ACTIVAS y es una de las principales organizaciones que trabaja para terminar con la mutilación genital femenina en Mali, con proyectos en más de 70 localidades.
“Para terminar con prácticas como la mutilación significa hay que entender y trabajar con las escisoras (mujeres que realizan la ablación), conocer sus motivaciones y buscar junto a ellas trabajos remunerados sustitutivos”, explicó en el encuentro Kadidia Sidibé-Aoudou, presidenta de AMSOPT. “Si las escisoras mantienen un estatus social elevado, comparten espacios con otras mujeres durante el rito de la mutilación y además reciben dinero a cambio, es difícil que dejen de realizar esta práctica si no tienen otras alternativas de las que se sientan beneficiadas”, añadió.

Red ACTIVAS, entidad organizadora de este encuentro, es una plataforma de 12 ONG que trabaja por la igualdad de género, la salud y los derechos sexuales y reproductivos en varios países en desarrollo en África y Latinoamérica. Sus áreas de trabajo son el seguimiento y análisis de la cooperación en materia de salud sexual y reproductiva; la movilización política y social; la sensibilización de jóvenes; el fortalecimiento de la sociedad civil africana y latinoamericana; así como la formación de personal sanitario en el Oeste de África (Senegal, Mali, Níger y Burkina Faso).

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