Quienes tras ser elegidos para administrar lo público, en ocasiones, incluso sin prevaricar, ni malversar, comienzan a medrar exageradamente por sus altos sueldos y lisonjas varias.
Basta el tiempo de beber un café, para entender la polÃtica de España, tarde de lluvia, ¿melancolÃa? pesimismo, apatÃa… depresión… ¡No! es la realidad inexorable que nos invade y sufrimos.
Hay una inmensa mayorÃa de polÃticos que, en vez de vivir para la democracia, viven de la democracia.
Quienes tras ser elegidos para administrar lo público, en ocasiones, incluso sin prevaricar, ni malversar, comienzan a medrar exageradamente por sus altos sueldos y lisonjas varias.
Todo lo anterior, les hace pegarse al sillón oficial hasta convertir su función en una profesión de por vida, porque no conciben otra que de más beneficios.
Los altos salarios, hacen de ellos, esclavos de su propia avaricia, ésta les hace incapaces de pensar en sus semejantes más desfavorecidos.
Sin cambiar la ley electoral tras 32 años, votamos siglas, cuando éstas deberÃan de llevar listas abiertas.
La democracia enlatada no es democracia, se parece muchos al cocido de mi madre, -en un hogar matriarcal- mi madre ponÃa siempre en el cocido madrileño repollo, mi padre decÃa que éste era el culpable de la flatulencia.
Luego, una lista electoral con un solo repollo en ella, provoca como esta verdura, flatulencias, en este caso polÃticas, yo acabé por aborrecer el repollo, y hoy, aborrezco la polÃtica con listas cerradas.
¡Listas abiertas, para evitar los gases malolientes, y en algunos casos, dolorosos!
¿Y primarias para cuándo?
Leganés, 27 de noviembre de 2009
José Manuel GarcÃa GarcÃa (JOSMAN)
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