Un parque abierto y un Josman politizado

18/02/2009

Allí mis correrías serán nocturnas como la de un joven en paro, sin vehículo y limosneo paternal, no tendré para cenar diariamente en restaurantes, pero tendré las buhoneadas de un político local, sin el hedor a vino de la Ribera del Duero, ni mi carrillada tendrá un semblante langostinero y solomillada.


Tras cobrar unas comisiones desobrerizadas, me lancé por la Avda. de la Lengua Castellana, que no Española, y recaí en un café –restaurante en el Parque –desenrejado- del Carrascal, para allí sentir una tarde noche de exquisitas sensaciones, y gozar como un sibarita, justo frente al horno de leña, en un día febreríl en una mesa que se hallaba frente por frente de la de unos políticos de la localidad.

El parque estaba estupendo, bien cuidado y hasta conserva el barco pirata raeziano donde por unos instantes me sentí un barbinegra piratero e infantil.

Tras caer la noche en este parque no cercado, acudían por todas las partes pequeños y mayores a disfrutar del paseo y del agua estancada en una fontana de grandes dimensiones.
Avanzaba la noche casi primaveral, y el parque abierto invitaba al arrullo, me abracé a la dama que me acompañaba y jugué a eso que llamaba Chiquito de la Calzada “Unas guarrerías españolas” debajo de un olivo destetado y desarrollado para su edad, y respetando el medio ambiente y la sostenibilidad, sobre una hierba fresca acolchonada.

De pronto una voz en “OFF” decía: “A mi no me cerrarán, porque existen intereses creados” recordé en aquél lugar el coche de un ex edil estacionado, y masticando el viento.

Cuando se finalice el enrrejamiento del parque de la Chopera, este será un nuevo nido de amor, acolchonado a pesar de su iluminación interna, cosa que a día de hoy, aún la Chopera carece de alumbrado interno.

Allí mis correrías serán nocturnas como la de un joven en paro, sin vehículo y limosneo paternal, no tendré para cenar diariamente en restaurantes, pero tendré las buhoneadas de un político local, sin el hedor a vino de la Ribera del Duero, ni mi carrillada tendrá un semblante langostinero y solomillada.

Aunque de vez en cuando mis comisiones desobrerizadas me lancen a la “dolce vita”.

Lo peor de todo, es que esas noches sibaritas, escucharé como a tantos a mi conciencia:
“Josman, ¿tú también vas traicionando a la izquierda?”

 Josman: ¿Pero existe izquierda en Leganés?

 Ni siquiera en la China y lo peor de todo, en el Malecón cubano, donde las olas capitalitas empiezan a costear y a playear como en Leganés, como tocadas por la mano tierna y aristocrática de Esperanza Aguirre.

 Â¡Cuidado Josman te estás politizando y comisionando…!

 Â¡Calla, conciencia mía, que el dinero pepinero anda siempre enmascarado!

Leganés, 15 de febrero de 2009

JOSMAN.

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