No hubo más sorpresas. El socialista Rafael Gómez Montoya salió ayer del salón de plenos como alcalde de Leganés, la quinta ciudad más poblada de Madrid (187.471 habitantes). Los 11 votos del PSOE y los tres de IU respaldaron la moción de censura contra Guadalupe Bragado (PP).
Su unión devuelve el municipio al cinturón rojo, en el que ha permanecido 24 años, después de 23 dÃas de mandato popular. Es el segundo acto. En el primero, el pasado 16 de junio, los dos partidos de izquierdas no lograron entenderse e IU votó en blanco en la sesión de investidura.
Ayer escenificaron su reconciliación en un salón de plenos abarrotado y ruidoso. La sesión duró más de una hora y se mezclaron los gritos de partidarios y detractores de derechas e izquierdas. Los primeros llevaban pancartas con lemas como «Queremos alcaldesa for ever [para siempre]» o «Moción de censura, vaya caradura». Los de izquierdas se identificaban por una pegatina con un corazón en la que se leÃa «47.133 razones, Leganés progresista».
Después de la crisis abierta en la investidura, IU apremió a sus tres ediles para reeditar el fallido acuerdo de izquierdas. Raúl Calle, portavoz de IU en Leganés, explicó que ha cambiado su postura gracias a «la firma consensuada» de un acuerdo programático. El documento fija que una comisión de tenientes de alcalde de ambos partidos preparará los plenos y que todas las decisiones se adoptarán por unanimidad. De las 16 concejalÃas, tres serán para IU: Urbanismo, Cultura y Festejos e Infancia y Educación. Los socialistas asumen el resto. Entre ellas, Suelo y Vivienda, Movilidad, o Seguridad Ciudadana. También Deportes, que fue el área a la que IU se aferró para justificar su desencuentro con los socialistas tras la investidura.
Ambos partidos se han comprometido en el escrito a construir 7.000 viviendas protegidas, habilitar pisos de alquiler para jóvenes y mayores e invertir cuatro millones de euros en rehabilitar casas antiguas. El programa incluye 5.000 nuevas plazas de aparcamiento, reconstruir los colegios más antiguos para incluir estacionamientos subterráneos debajo o impulsar un centro de control de tráfico. Entre las medidas sanitarias, anuncian que instalarán una UVI móvil 24 horas al dÃa en Leganés y que construirán una ciudad sociosanitaria en San Nicasio, además de más residencias para mayores. En seguridad, proponen una patrulla de Agentes por el Civismo y ampliar a todo el municipio la PolicÃa Local de barrio.
Guadalupe Bragado les acusó ayer de protagonizar «un asalto» a la alcaldÃa y representar «sus propios intereses en lugar de los intereses de los leganenses». Tras la votación, la alcaldesa entregó el bastón de mando a la concejal de mayor edad, Emilia Quirós, en lugar de pasarlo al nuevo regidor.
El único concejal y portavoz del grupo independiente, Carlos Delgado, definió la moción de censura «como instrumento de chantaje». También tuvo reproches para la ex alcaldesa por su «obsesión por los focos» durante sus tres semanas de gobierno.
Tras aguantar una hora de cola, más de 150 personas siguieron las intervenciones en el salón del Ayuntamiento. Muchos permanecieron de pie y en el pasillo. Entre ellos, la portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Madrid, Pilar Gallego, o el ex secretario general del Partido Socialista de Madrid (PSM), Rafael Simancas. Junto a él, los tres aspirantes a sucederle: el alcalde de Parla, Tomás Gómez, el diputado José Cepeda y el concejal Manuel GarcÃa Hierro. También acudió Gregorio Gordo, número dos de IU a la Asamblea de Madrid.
El consejero de Presidencia e Interior, Francisco Granados, siguió la sesión sentado. Pero abandonó la sala en el momento en que Gómez Montoya comenzó su intervención ya como alcalde.
En la plaza de España, frente al Ayuntamiento, unas 250 personas vieron la sesión plenaria en directo en cinco pantallas de televisión. Muchos saludaron a Gómez Montoya cuando salió al balcón y botó como le pidió el público. Otros tantos le abuchearon («Â¡Fuera, sinvergüenza!», decÃan). Tres pisos más arriba apareció al mismo tiempo por una ventana Guadalupe Bragado haciendo el gesto de la victoria. «Adiós, Guadalupe, adiós», le cantaron los partidarios de izquierdas al ritmo de la canción Go West, de Pet Shop Boys. «Adiós no, hasta luego», respondió la ex alcaldesa abrazada a un ramo de flores.
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