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Contratos dignos, sanidad pública digna

Contratos dignos, sanidad pública digna

22/04/2020

DE: FACULTATIVOS DEL SERVICIO DE URGENCIAS DEL HOSPITAL UNIVERSITARIO SEVERO OCHOA

A: DIRECCIÓN GERENCIA, DIRECCIÓN MÉDICA, DIRECCIÓN DE RECURSOS HUMANOS

La situación de crisis sanitaria motivada por la pandemia del SARS-CoV-2, ha puesto de relieve el déficit estructural en nuestra plantilla, un problema que, los Servicios de Urgencias en general, y nuestro Servicio en particular, vienen arrastrando desde hace mas de una década.

Durante este tiempo, la dotación de personal ha venido realizándose de forma improvisada y provisional, sin establecer y consolidar las necesidades reales de plantilla estructural que se iba requiriendo para adaptarla a los incrementos en la demanda asistencial que se han producido año tras año a lo largo de este periodo y que, en los últimos 8 años, se cuantifica en mas de un 10%.

Lejos de ello, del total de la plantilla que desempeña su labor en el servicio, solamente un 8% poseen fijeza, mientras que el resto ha pasado por diferentes tipos de contratación, cuya máxima estabilidad ha sido el “nombramiento interino”, que sólo ha conseguido un 48% de la plantilla y que además se ha perpetuado en el tiempo sin la opción de acceso a una plaza en propiedad, Se da además la circunstancia, de que de esas interinidades otorgadas, ya un 15% han desaparecido (por traslado de personal a otros centros) sin que ello haya supuesto nuevos nombramientos o consolidación de otros contratos.

Para el resto de necesidades de personal, prácticamente la mitad de la plantilla, la contratación ha sido precaria, abusando de la temporalidad así como de la contratación “por guardias”. En innumerables ocasiones la cobertura de incidencias o contingencias estacionales se ha venido haciendo sobrecargando a las personas que ocupaban estas plazas, con el innegable perjuicio  que ello ha supuesto en sus condiciones laborales y la inasumible limitación en la conciliación con su vida personal. La inevitable sensación de ser utilizado como pieza de recambio, en cualquier momento sustituible, ha sido la norma.

La inestabilidad del servicio y la  pérdida de personas profesionalmente muy valiosas ha sido sin duda consecuencia de este maltrato profesional, así como la dificultad, en múltiples ocasiones, de cubrir vacantes o encontrar suplentes. En los últimos años hemos vivido la práctica desaparición de los contratos de verano con la necesidad de cubrir las vacaciones de los facultativos del servicio con el propio personal del mismo, ante la falta de candidatos para realizar las suplencias por lo poco atractivo que resultan este tipo de contratos. Hemos de recordar, que somos profesionales altamente cualificados, algo que, al parecer, no siempre es tenido en cuenta.

La necesidad prematura de personal, motivada por la crisis sanitaria del coronavirus, ha hecho que a estas personas con contratos de guardias, se les haya modificado su contrato a jornada completa. Sin embargo, y a pesar de su incuestionable formación, su entrega y dedicación en estos momentos, exponiendo su salud y trabajando en condiciones claramente mejorables, desde la Dirección de Recursos Humanos se les continúa maltratando, estableciendo contratos mensuales, renovables en virtud de la situación de la pandemia.

La necesidad de una plantilla estructural acorde a la demanda es esencial para el buen funcionamiento de un servicio, pero lo es también el establecimiento de contratos dignos y de calidad. 

Es por ello que los facultativos del Servicio de Urgencias queremos manifestar nuestra exigencia de que

  1. Las actuales contrataciones por guardias pasen a contrataciones de jornada completa, puesto que el aumento de demanda asistencial producido no se ha acompañado de aumento de plantilla estructural.
  2. Se establezcan periodos de contrato prolongados, que permitan estabilidad en las plantillas al tiempo que garanticen la dignidad en la situación laboral del trabajador.

Nuestra disposición y colaboración en todas las situaciones conflictivas que se nos han planteado nunca ha dejado lugar a dudas de nuestra profesionalidad, y es por ello que en este momento, en que nuestra entrega ha superado todos los límites imaginados, exigimos que esto se reconozca, no deseando que la ignorancia a nuestra solicitud quiebre la buena voluntad que siempre hemos puesto en el desempeño de nuestro trabajo.