La violencia contra las mujeres como problema de salud

23/11/2012

Mª Isabel Sillero Quintana, Técnico de Salud Pública del Servicio Territorial de Salud Pública nº 9 de la Consejería de Sanidad.


La violencia contra las mujeres afecta a miles de mujeres en todo el mundo y supone además de una violación de los derechos humanos un atentado contra la salud mental, física y sexual de éstas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoció en 1996 la violencia contra las mujeres como un importante problema de Salud Pública poniendo de manifiesto las graves consecuencias que sobre la salud de las mujeres y del sistema sanitario tiene este enorme problema social

El origen de la violencia de género se encuentra en un modelo social basado en la desigualdad de género Cuando se habla de violencia hacia las mujeres se incluye cualquier acto que pueda causar a la mujer daño físico, sexual o psicológico tanto si ocurre, dentro o fuera del hogar. La violencia de pareja o ex pareja hacia la mujer es la que utilizan algunos hombres con las mujeres en el contexto de una relación de pareja actual o anterior y que se basa en una relación de poder desigual. La mayoría de actos violentos contra las mujeres se producen en el medio familiar y por tanto es la forma más frecuente de violencia hacia las mujeres.

Este problema puede afectar a cualquier mujer independientemente de su nivel de estudios, situación económica, edad o lugar de procedencia, aunque sabemos que existen grupos de mujeres especialmente vulnerables a éste tipo de violencia, especialmente las mujeres más jóvenes o las mujeres que están viviendo en situaciones de mayor precariedad social o económica.

Muchas veces el comienzo suele ser gradual siendo interpretados determinados comportamientos abusivos y actitudes por parte del hombre como “actos de amor” (los celos, el control sobre las amistades de la mujer, sobre la forma de vestir o sobre las salidas). También las críticas o las descalificaciones a la mujer son frecuentes.

Las consecuencias sobre la salud de la violencia contra las mujeres son muy importantes. Con frecuencia sienten que su salud es mala aunque pueden no identificar la causa. Dado que no se reconocen como victimas, no asocian sus malestares a la situación de violencia que están viviendo.

Los problemas pueden ser físicos, psicológicos o sexuales, solos o combinados de diferentes formas y aunque los problemas físicos quizás sean los efectos más visibles de la violencia, también son frecuentes otros síntomas más inespecíficos como malestar, cefaleas o dolores musculares inexplicados, sin olvidar los efectos sobre la salud mental tales como ansiedad, depresión, alteraciones del sueño, dificultad para concentrarse o desinterés por el medio.

A todo lo referido habría que añadir el aislamiento social impuesto que sufren muchas de estas mujeres y que las expone a una mayor desprotección. Además las mujeres con este problema están afectadas por una importante limitación de oportunidades (trabajo, formación…) consecuencia de la propia situación de violencia que viven.

Conseguir salir de una situación de maltrato por parte de las mujeres a menudo es largo y difícil por tanto es necesario brindarle a la mujer un clima de apoyo y confianza para poder acompañarla en el proceso, respetando y no juzgando sus decisiones y ayudándola a reflexionar sobre su situación. l papel de los servicios sanitarios es muy importante tanto en la detección del problema y acompañamiento a lo largo del proceso o en su derivación así como en la prevención del mismo.

En este sentido, desde la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid se organizan diferentes actividades formativas, de sensibilización y de prevención de la violencia de genero que se llevan a cabo en Hospitales y Centros de Salud de toda la región

No se debe olvidar que la violencia hacia las mujeres es una violación de derechos humanos y, por tanto es un problema social y no pertenece sólo a la vida privada de quienes lo sufren, sino que toda la sociedad tiene la responsabilidad de contribuir a su erradicación. También es muy importante la educación de nuestros hijos e hijas en la igualdad tanto en las familias como en la escuela, no discriminando a las niñas y enseñándoles a resolver los conflictos desde el dialogo y la negociación.

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