El Ayuntamiento de Leganés derriba un asentamiento levantado en los noventa.
En un pueblecito levantado en un bonito paraje cubierto de árboles, en el barrio de San Nicasio de Leganés, habÃa un taller donde también se arreglaba la chapa y la pintura de los coches, una oficina en la que un transportista recibÃa llamadas y acumulaba papeles, y seis viviendas, o más bien infraviviendas, habitadas por gente desde mediados de los años noventa. Las piquetas acabaron ayer con este asentamiento ilegal levantado a las espaldas del psiquiátrico José Germain, en un terreno propiedad de la Comunidad de Madrid. Unas 25 personas, entre ellas varios niños, avisadas la semana pasada mediante una carta de lo que iba a ocurrir, se quedaron sin casa. «Fue bonito mientras duró», suspiraba Marta, la mujer del mecánico, mientras subÃa un aparato de gimnasia a una furgoneta.
El desalojo, llevado a cabo por una orden judicial derivada de un proceso abierto por el Ayuntamiento, comenzó a las 9.00. La policÃa les dijo a sus habitantes que se tomasen varias horas en vaciar sus casas. En la entrada al terreno se amontonaron a partir de entonces bombonas de butano, frigorÃficos, cazuelas, carritos de bebé; una escena habitual en las mudanzas hechas con prisas.
A media mañana, Abdel Malik, un conductor de 31 años, asomaba el morro de su vehÃculo por la larga avenida donde estaba el asentamiento y aparcaba entre los escombros de lo que antes era el taller. Luciano, el mecánico guineano, habÃa llamado a una cuadrilla de compatriotas para salvar todo lo que pudiera de su negocio y contaba con la ayuda de Abdel para el porte. El mecánico vivÃa al lado del negocio, como hacen los comerciantes en los pueblos. «Guardaremos estas cosas en un garaje pero después no sabemos adónde iremos. No tenemos un piso donde quedarnos», lamentó Luciano. Mientras tanto las excavadoras seguÃan demoliendo las casas de al lado.
El desalojo pilló de vacaciones al nuevo alcalde de Leganés, Jesús Gómez. En su nombre, en lo que ya comenzaba a ser un descampado, se presentó su sustituto, Alejandro MartÃn. El edil explicó que el procedimiento judicial para proceder al desalojo comenzó hace cuatro años y que desde mayo de 2010 se le habÃa comunicado a los afectados que esto, tarde o temprano, iba a ocurrir.
El dÃa llegó. «Â¿Dónde me voy?», repetÃa sin parar David Pérez Torres, de 38 años. VivÃa ahà con su madre y una hermana con cuatro hijos y un riñón trasplantado. El SAMUR Social y los servicios sociales del Ayuntamiento les ofrecieron pasar unos dÃas en un hostal del centro de Madrid hasta que se aclarase su situación. La familia, como varias de las que estaban ahÃ, comenzó o está comenzando los trámites para optar a una vivienda de protección oficial. Se les ofrecÃa trasladar sus cosas en una camioneta y guardarlas un tiempo en un almacén del Ayuntamiento. Entre tanto trajÃn, una chica se acercaba a un supermercado para comprar el almuerzo.
Nos sacan de aquà como perros -se quejaba David Pérez.
Se os habÃa avisado. Llevamos tiempo trabajando con tu familia para buscar una solución -replicaba una trabajadora social que lleva mucho tiempo con este caso.
Llegaron dos operarios con picos y palas. Después apareció un camión hormigonera. Se comenzó a sellar el descampado por los cuatro costados. El pueblecito de San Nicasio era historia a esas horas: las 15.56.
JUAN DIEGO QUESADA – Madrid – 04/08/2011
Sin comentarios hasta ahora
Saltar a una conversaciónNo hay comentarios aún!
Puedes ser tú quien inicie una conversación .