Siempre recordaré esa mirada de Josefina, mientras yo recitaba verso a verso, hoy la contemplo treinta años después y sigue teniendo ese ángel y esa bondad exquisita que desconocíamos de una gran mujer a la sombra.
A MARCELINO CAMACHO.
Conocà a Marcelino Camacho en aquellos actos del Ateneo Cultural 1º de Mayo, en lo que llamabamos «la cueva» por ser un sotano en la antigua sede de CC.OO. de la Calle Butarque de Leganés.
A pesar de mi profesión, siempre tenÃa palabras paternales para mÃ, por entonces de la mano del incombustible Manolo Espinar y Jesús Hernández Brotón, edité un cuadernillo literario con unos poemas que entregué a Marcelino, siempre recordaré esa mirada de Josefina, mientras yo recitaba verso a verso, hoy la contemplo treinta años después y sigue teniendo ese ángel y esa bondad exquisita que desconocÃamos de una gran mujer a la sombra.
Hoy se nos va un gran hombre que nunca renunció a su pisito de Carabanchel calle Manuel Lamela, a su jersey de cuello alto en invierno y sus ideales. de haber existido un «Mahatma» en España ese hubiera sido nuestro Marcelino Camacho. ( posiblemente la única pobreza que se ha sentado en nuestro parlamento saliendo igual de pobre metalúrgico)
Uno de los sonetos del cuadernillo era éste:
El hombre luchador de Comisiones,
honrado y paternal, casi divino,
intachable conducta Marcelino
en la España florida en corrupciones.
A tà no te tentó la vil materia,
no te llenas de flores el despacho…
Mahatma de España, tú Camacho,
alma incorrupta, pura y seria.
Sorteando el dolor y los abrojos,
si pudiéramos seguir tu camino,
tantos renglones nublan nuestros ojos,
que quizás giremos tras el aspa de molino…
¡La España quijotesca en sus antojos,
cuanto ha de recordarte Marcelino!
Leganés 1.992
JOSÃ MANUEL GARCÃA GARCÃA (JOSMAN)
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