Después de la huelga del 29, ¿qué?

04/10/2010

Es difícil entender lo que nos está pasando a la izquierda española. Ante un momento en que el sistema económico y político neoliberal pone al descubierto lo que representa, “Paro, guerras, destrucción del planeta, miserias y hambre”, somos incapaces de presentar unas mínimas ideas claras y creíbles ante nuestros ciudadanos.

Vimos lloriquear a los dirigentes de la patronal suplicando que se hiciese un paréntesis a la economía de mercado, y pidiendo la intervención del Estado para salvar la economía. Vimos en aquellos días que parecía que todo se caía, (La bolsa, la General Motors y los grandes bancos), que hablaban de refundar el capitalismo, meter mano a los paraíso fiscales y de cómo habían fallado todos los mecanismos internacionales de control financiero.

De aquellos días de pánico, han pasado al contraataque. Esos mismos fondos financieros y especuladores son los que exigen a los gobiernos que estrujen a sus ciudadanos si no quieren ser atacados con las verdaderas armas de destrucción masiva, como son el incremento de la pobreza de los pueblos.

Vivimos unos momentos donde nada se encubre, el Sistema se exhibe tal y como es:

Se normalizan e institucionalizan las sociedades de la guerra permanente. Se ocupan países, se asesinan a ciudadanos de forma cotidiana (1,5 millones, en 7 años de ocupación en Iraq), en Afganistán todos los días podemos oír las noticias de los ciudadanos que mueren por las balas de nuestros ejércitos y luego nos comunican las disculpas por los crímenes que cometen sobre los ciudadanos civiles. Pero nadie nos habla de quien va a juzgar a los que asesinan a estos ciudadanos. ¿Os imagináis que pasaría si esos muertos fuesen europeos o norteamericanos? El racismo sigue siendo una constante en este llamado Occidente democrático.

“Nuestros muertos son héroes de la democracia, los muertos afganos, iraquíes, palestinos, sudaneses, congoleños, eritreos, etc….. son daños colaterales.”

Este es nuestro pensamiento dominante. Pero lo más terrible es que no somos capaces de decir a nuestros ciudadanos que todas estas guerras son la parte más brutal de la guerra económica para conquistar mercados, materias primas o zonas estratégicas para el control de los corredores energéticos en el mundo.

La guerra militar es una parte de la guerra económica que se está librando en el mundo.

Los últimos acontecimientos económicos han escenificado ante el mundo la mentira del libre mercado. Todo está regulado para que los ricos siempre ganen y mantengan su dominio de clase.

Nos gritaban que la política no podía mandar en la economía. Ellos, los emprendedores eran los que generaban la riqueza y nosotros los tontos, los incultos a trabajar y a estar agradecidos de que nos daban trabajo.

Todo lo hacían para crear empleo para nosotros.

Pero cuando el sistema se tambaleó, pidieron como en el deporte, “Tiempo”. Gritaron que se parase por un tiempo esa economía de mercado, y que el estado asumiese su “responsabilidad”. Es decir que la política arreglase lo que la economía por si sola había roto.

Esos días mostraban al mundo los límites de ese sistema económico y social que tanto nos habían hablado que era el mejor de los conocidos, o el menos malo de los conocidos.

Lo que sí han demostrado es que ellos, unos pocos controlan todo. Enseguida se pusieron manos a la obra y sus medios de contaminación masiva nos explicaron que para salvar el sistema había que ir en ayuda de los ricos y dar miles de millones de dólares y euros a los bancos y a las grandes multinacionales para que no se parasen las cadenas de producción y consumo.

Cuando los estados se empeñaron para meter dinero a los bancos y multinacionales, ningún organismo europeo, ni internacional decía nada. La deuda era buena si servía para ayudar a los RICOS. Ahora nos piden cuentas de esas deudas y exigen que la paguemos los de abajo. El dinero fue a los ricos, a los que habían generado el caos, porque sus negocios siguen estando en los paraísos fiscales, que ya nada se habla de ellos. Y ahora nos culpan a nosotros de esa deuda y las medidas que quieren tomar es que la paguemos los que nunca dejamos de pagar nuestros impuestos, los que nunca fuimos a un paraíso fiscal, los que no tenemos doble contabilidad, porque los que cobramos por nomina somos los únicos controlados en este país. O sino preguntemos a los señores con Bigotes, los Camps, los Fabras, los Matas, los Díaz Ferranz y tantos y tantos de la mafia PePera.

Algunos datos para la reflexión:

Mil millones de personas pasan hambre hoy en el mundo, cien más que el año pasado.

Cada día mueren más de 29.000 niños por enfermedades evitables como la desnutrición, malaria, diarrea,etc.

En los llamados países en desarrollo, uno de cada diez niños muere antes de cumplir los 5 años

1.100 millones de personas crecen de acceso agua potable.

2.600 millones de personas (42% de la población mundial) no tiene acceso a instalaciones sanitarias adecuadas ni conexiones domesticas de agua potable.

Los gastos militares en el mundo se han disparado: son un billón 400.000 millones de dólares. Estados Unidos representa el 45% de todos los gastos.

En el año 2009 había 212 millones de parados en el mundo, 34 millones más que en el 2007.

Más de 22 conflictos bélicos están en activo a fecha de hoy. En la mayoría hay un hilo conductor el espolio de las materias primas o mantener o ganar la hegemonía geoestratégica de la zona.

Siete años de guerra de Iraq ha causado más de un millón y medio de muertos y cuatro millones de refugiados. Y ya parece una guerra olvidada.

El Consejo de seguridad de Naciones Unidas toma medidas contra Irán, pero permite el genocidio del pueblo palestino.

Si todo está tan claro y ellos mismos nos lo han puesto tan a las claras, como es posible que no hayamos reaccionado, y sigamos funcionando como si nada de esto hubiese pasado.

¿Qué tiene que ocurrir para que reaccionemos?

En IU, parece que se iniciaba un proceso de refundación, pero tal impulso duro poco. Las encuestan les dan 1,5 puntos de subida, para qué tocar nada, habrán pensado, ya tenemos para otros cuatro años.

Los que se fueron de IU, no han dejado nada más que un reguero de grupitos, compitiendo entre ellos mismos por la pesca en los mismos caladeros, más agotados que los del atún rojo.

No creo que seamos más tontos que los portugueses, o los griegos, o los mismos alemanes.

No creo que sea tan difícil construir un espacio común en torno a:

Economía. Este sistema ya ha demostrado lo que es y hablemos de uno alternativo.

Derechos humanos y civiles: emigración, tortura, justicia.

Internacional: Ninguna guerra es buena. No a las guerras y gastos militares.

El derecho de los pueblos a decidir su futuro. Mundo árabe, Latinoamérica, África.

¿Por qué nos ilusiona oír hablar del socialismo del siglo XXI en América Latina, y no lo hacemos nosotros? O ¿Es que ya lo sabemos?

¿Nos sirven las mismas recetas, de cuando éramos maoístas, eurocomunistas, trotskistas, pro soviéticos y otros istas?

Mucho se habla de memoria histórica, pero no estudiamos los cambios ni hablamos de estos últimos 35 años. (Algunos se pondrían colorados).

Para la refundación, reencuentro o como se quiera llamar, es fundamental partir de que queremos encontrarnos, de que todos hemos sido derrotados, de que han barrido nuestra cultura, nuestra forma de pensar, de que hoy los valores dominantes son los de la burguesía. ¿Cómo si no, explicar el voto masivo del PP en zonas obreras?

Perdimos nuestra identidad, nuestros valores, la competitividad se nos ha introducido dinamitando los lazos de solidaridad que nos hacían diferentes. Los que vivimos la lucha clandestina, donde la fraternidad era nuestra mejor arma de resistencia, no podemos aceptar ni reconocer como izquierda la práctica de lucha fratricida que hoy domina en nuestra sociedad.

Si en cada pueblo o barrio, fuésemos capaces de abrir un espacio común para abordar estos temas en la aplicación concreta de nuestra actividad política. Es decir un espacio común de discusión política para la aplicación en los diferentes espacios sociales que tengamos.

Para ser más claro, hay compañeros que su militancia esta en los sindicatos, otros en los movimientos vecinales, de solidaridad, de la lucha de la mujer, memoria histórica, etc.…

No se trata de que nadie cambie su frente de lucha, la tarea sería cohesionar todos ellos y que nuestra actuación local o en nuestro frente estuviese marcada por la proyección global anti neoliberal.

Nuestro enemigo no respeta ninguna norma y ni tiene necesidad de guardar las formas. Se siente seguro por el control social y mediático que tiene.

Israel mata masiva e individualmente y nada ocurre, pero quien no respeta los derechos humanos es Cuba.

Los paramilitares están en Colombia pero el peligro es Venezuela. La llamada comunidad internacional tiene sus ejércitos en 140 países, entre USA y la OTAN, pero el peligro es Irán, cuba y Venezuela.

La tortura se ha transformado en una norma para conseguir información de los presos, pero el silencio y la complicidad es la norma en estas democracias vigiladas, incluida la nuestra.

Hoy defender la democracia y los derechos fundamentales de las personas es una tarea revolucionaria. Son ellos los que se han ido al monte. Han dinamitado todas las caretas con las que nos tenían acostumbrados a presentar sus valores.

Corrupción, mentiras, crímenes, destrucción de países, guerras, hambre por todo el mundo, destrucción del medio ambiente. Este es el panorama que nos está ofreciendo el actual sistema dominante.

Es hora de que los que estamos en la acción diaria digamos si queremos y si podemos iniciar un nuevo camino en el que la solidaridad entre nosotros sea ya una seña de identidad de la sociedad que queremos construir. La competitividad es el arma del enemigo, de la cultura burguesa, nunca de los que luchan por la emancipación de la clase y de los pueblos.

El 29 de septiembre iremos a una huelga general contra las medidas del gobierno, pero ¿que haremos el día después?

Solo con un cierto grado de cohesión en la izquierda tenemos algunas posibilidades de frenar la ofensiva neoliberal. Las últimas medidas tomadas por el gobierno, solo son una avanzadilla de lo que viene.

Y no olvidemos que con la llegada del PP esta tendencia se incrementará mucho más. Tendrá la legitimidad de haber ganado unas elecciones. El PSOE no tendrá ni fuerza ni moral para enfrentarse como hoy está haciendo el PP. Los sindicatos, es posible que estén más débiles (Veamos como sale la huelga) y el resto de la izquierda, si no hay cambios profundos, estaremos también en peores situaciones.

No hay justificación para que IU se resista a una verdadera refundación. Todos sabemos lo ocurrido en los últimos años en el seno de la organización.

¿Qué queda de aquellas áreas de IU? ¿Qué queda de aquello que se llamaba Movimiento político y social? ¿Que queda de la otra forma de hacer política? ¿Qué queda de la rotatividad en los cargos?

Algo que construimos entre muchos militantes, hoy parece propiedad de unos pocos.

Muchos activistas que vivimos esta realidad, nos apartamos o nos apartaron de la vida partidista y nos recluimos en el activismo social. Otros directamente se fueron a casa.

Tal y como está hoy IU, no es fácil que sea el banderín de enganche para mucha gente que si deseamos participar en la lucha política.

La refundación de la izquierda debe ser la construcción de espacios para la acción política. La brutal ofensiva del neoliberalismo, la complejidad de la nueva realidad internacional, que afecta de forma directa a nuestra vida cotidiana, necesita de una organización que tenga la capacidad de posibilitar la discusión colectiva para una actuación en nuestra actividad cotidiana.

Escribo estas líneas, el mismo día que Labordeta nos ha dicho adiós.

El con su canto nos lo ha dejado dicho:

Somos

Como esos viejos arboles, batidos por el viento que azota el mar.

Hemos

Perdido nuestra historia, canciones y caminos en el duro batallar

Hemos

Atravesado el tiempo, dejando en el secano nuestra lucha total.

VAMOS A ECHAR NUEVAS RAICES POR CAMPOS VEREDAS PARA PODER ANDAR.

Solo así, levantaremos algún día la vista y veremos esa tierra que ponga LIBERTAD.

Es hora de la generosidad para el encuentro.

Que nadie nos caliente la cabeza con los grandes programas irreconciliables. Ni de principios.

Los que ya somos algo mayores hemos visto a tantos que UN DÍA nos golpeaban con principios y programas, para irse corriendo, al día siguiente a las filas del poder.

No es un momento cualquiera el que estamos viviendo, y la respuesta no está escrita en ningún libro, la tenemos que dar nosotros y para eso nos necesitamos todos.

Getafe. 2010.09.30

Manuel Espinar.

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