Carta abierta a los dirigentes políticos iraquíes

24/02/2010

Ahora que Irak se prepara para celebrar unas nuevas elecciones parlamentarias en medio de la polémica sobre la idoneidad de muchos candidatos, Amnistía Internacional pide a los dirigentes políticos del país que garanticen que tanto la campaña electoral como los comicios del 7 de marzo se desarrollan pacíficamente y en cumplimiento de todas las obligaciones contraídas por Irak en virtud del derecho internacional de derechos humanos.


Las elecciones no deben utilizarse como excusa para promover la violencia
Los dirigentes políticos deben exigir a sus seguidores que respeten la ley y los derechos de los demás, y contribuyan a prevenir el uso de las elecciones para intensificar la violencia sectaria que ha convulsionado al país en los últimos años. Deben hacer todo lo que esté en su mano para garantizar la seguridad de todos los iraquíes, sin discriminación y defender sus derechos a la libertad de expresión, asociación y participación política a la hora de elegir a quienes dirigirán el país en el futuro.

Amnistía Internacional también ha pedido a todos los partidos políticos y a sus candidatos a que se comprometan a proteger y promover los derechos humanos en sus programas electorales y también en la práctica, si resultan elegidos, con arreglo a todas las obligaciones que ha contraído Irak en virtud del derecho internacional de derechos humanos.

Las personas responsables de ataques suicidas con bomba y de otro tipo contra civiles deben poner fin de inmediato a dichos ataques, muchos de los cuales podrían constituir crímenes de lesa humanidad, es decir, crímenes de la máxima gravedad. Amnistía Internacional condena todos los ataques contra civiles, totalmente y sin reservas y pide su cese inmediato. Estos ataques no tienen ninguna justificación.

Todos los partidos políticos, sus candidatos, seguidores y otros deben abordar los siguientes motivos de preocupación en relación con los derechos humanos.

La protección de los civiles y de su derecho al voto

La protección de los civiles es primordial durante las elecciones para que los votantes tengan la certeza de que pueden ejercer su derecho al voto sin temor ni intimidación.

La población civil iraquí viene llevándose la peor parte de la violencia que arrasa el país en los últimos años y las cifras de elecciones anteriores son desalentadoras. Decenas de civiles perdieron la vida en ataques antes de las últimas elecciones provinciales del 31 de enero de 2009. Las últimas elecciones parlamentarias nacionales, celebradas el 15 de diciembre de 2005, se saldaron con la muerte de decenas de civiles en ataques de grupos armados sunníes y milicias chiíes en las semanas previas a los comicios y durante éstos.

Amnistía Internacional pide a los dirigentes de todos los partidos políticos y a todos los dirigentes religiosos y comunitarios y otras personas influyentes que denuncien el fomento de la violencia, el derramamiento de sangre y los abusos contra los derechos humanos y exijan que todos los iraquíes puedan decidir libremente y sin temor cómo ejercer su derecho al voto.

La protección de los candidatos y de los trabajadores electorales

Los candidatos, activistas de partidos políticos y trabajadores electorales son algunas de las personas con más probabilidades de ser víctimas de secuestros y homicidios en el periodo previo a las elecciones.

Por lo menos dos candidatos ya han sido víctimas de homicidio. Soha ‘Abdul Jarallah, candidata de la lista del ex primer ministro Iyad ‘Allawi, fue abatida a tiros cuando salía del domicilio de un familiar en Mosul el 7 de febrero de 2010. Sa’ud al ‘Issawi, árabe sunní y candidato de la Alianza Unidad Iraquí, fue asesinado junto con sus dos guardaespaldas a finales de diciembre de 2009 en Faluya, al estallar una bomba magnética pegada a su vehículo.

Safa ‘Abd al Amir al Khafaji, directora de una escuela para niñas del distrito de al Ghadi, de Bagdad, resultó gravemente herida por los disparos efectuados por unos hombres no identificados el 12 de noviembre de 2009, poco después de anunciar su intención de concurrir a las elecciones como candidata del Partido Comunista de Irak.

‘Ali Mahmoud, trabajador de la Alta Comisión Electoral Independiente, organismo responsable de supervisar las elecciones, fue abatido a disparos frente a su casa en el distrito de al Jadiriya de Bagdad el 17 de diciembre de 2009.

En las últimas elecciones provinciales nueve candidatos electorales fueron víctimas de homicidio y en Mandali, en la gobernación de Diyala, dos trabajadores electorales fueron secuestrados y aparecieron muertos por disparos unas horas después. Durante los comicios del 15 de diciembre de 2005 fueron asesinados varios candidatos. Por ejemplo, Mizhar al Dulaimi, el líder del Partido Iraquí Progresista Libre, murió por disparos en un acto de la campaña electoral que se celebraba en el centro de Ramadi el 13 de diciembre.

Amnistía Internacional pide al actual gobierno, a la Alta Comisión Electoral Independiente y a los dirigentes de todos los partidos políticos que hagan todo lo posible para garantizar que los candidatos y los trabajadores electorales pueden llevar a cabo sus legítimas actividades libremente y sin temor ni restricciones, y que se les proporciona sin dilación la protección adecuada en su caso.

Información sobre las elecciones: la protección de los periodistas

En los últimos años, Irak se ha convertido en uno de los países más peligrosos del mundo para los periodistas, muchos de los cuales han sido víctimas de secuestros, asesinatos y otros abusos. Según los informes, en 2008, fueron asesinados al menos 16 periodistas y trabajadores de los medios de comunicación; en el 2009, fueron asesinados al menos cuatro.

Durante las elecciones provinciales de 2009, los periodistas fueron objeto de hostigamiento, detenciones y agresiones mientras informaban de los comicios, a manos, entre otros, de las fuerzas de seguridad iraquíes y del ejército estadounidense. Algunos fueron detenidos y retenidos durante varias horas; según los informes, a otros les impidieron la entrada a los centros de votación —por ejemplo, en Faluya y al Hilla— a pesar de que habían sido acreditados oficialmente por la Alta Comisión Electoral Independiente. En Mosul, los informes indican que soldados iraquíes dispararon contra vehículos de periodistas.

Antes y después de las elecciones de julio de 2009 al parlamento regional del Kurdistán, varios periodistas sufrieron agresiones, entre ellos Nebaz Goran, director de la revista independiente Jihan, que fue atacado por tres hombres no identificados frente a su oficina en Erbil.

Impedir a los periodistas informar de las elecciones aumenta inevitablemente el riesgo de fraude electoral y priva a la ciudadanía de información que tiene derecho a conocer.

Amnistía Internacional insta a todos los dirigentes políticos iraquíes a que defiendan el derecho a la libertad de expresión consagrado en el artículo 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos (“Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas sin limitación de fronteras por cualquier medio de expresión.”) y defiendan el derecho de todos los periodistas a ejercer legítimamente su profesión sin obstáculos ni temor al hostigamiento.

Compromiso de proteger y promover los derechos humanos

Todos los partidos políticos y sus candidatos deben reconocer que el respeto a los derechos humanos y al derecho internacional es una obligación fundamental. Así, deben comprometerse a consolidar la paz, la tolerancia y el respeto a los derechos humanos sin son elegidos, lo que incluye defender el Estado de derecho comprometiéndose a poner fin a las detenciones arbitrarias, la tortura y otros malos tratos, los juicios sin las debidas garantías, el uso de la pena de la muerte y la impunidad para los responsables de violaciones de derechos humanos.

También deben garantizar que la legislación iraquí es totalmente compatible con el derecho internacional de derechos humanos, incluida la legislación relativa a los derechos de la mujer, y que se hace cumplir en la práctica con arreglo a las obligaciones contraídas por Irak en virtud del derecho internacional.

Los partidos políticos, candidatos y todas las demás personas influyentes, incluidos los dirigentes religiosos y comunitarios, deben defender la necesidad de proteger y salvaguardar los derechos de las personas más vulnerables. Entre ellas figuran las mujeres, que siguen siendo objeto de la violencia y de la discriminación en la ley y en la práctica, y otras personas perseguidas por su identidad religiosa, étnica o sexual.

En Mosul, por ejemplo, al menos 14 miembros de la minoría cristiana han sido víctimas de homicidios en ataques selectivos perpetrados desde principios de diciembre de 2009, cuando las tensiones políticas se intensificaron con motivo de las elecciones del 7 de marzo. Al parecer, una serie reciente de atentados con bomba cometidos por grupos armados es un intento deliberado de alimentar la división sectaria y fomentar la violencia entre musulmanes sunníes y chiíes.

Amnistía Internacional pide que todos los iraquíes, incluidos los miembros de grupos minoritarios étnicos y religiosos, tengan libertad para emitir su voto sin ninguna presión ni intimidación.

Las mujeres desempeñan un papel transformador en la consolidación de y el apoyo a una sociedad no sectaria. Para responder a las amenazas que sufren las mujeres en situaciones de conflicto, el Consejo de Seguridad de la ONU adoptó la resolución 1325, en la que insta a los Estados a que garanticen una mayor participación de las mujeres en la resolución de conflictos y en los procesos de consolidación de la paz, así como en las tareas de desarrollo y reconstrucción.

Poner fin a los abusos de los grupos armados

Amnistía Internacional exige que todos los grupos armados pongan fin inmediatamente a los ataques contra civiles y desistan de cometerlos. Muchos de estos ataques constituyen crímenes de lesa humanidad, crímenes de la máxima gravedad en el derecho internacional. Estos crímenes no pueden justificarse en ninguna circunstancia y sus responsables deben responder ante la justicia de sus actos.

Miles de civiles, entre ellos mujeres, niños y miembros de minorías religiosas y étnicas, han perdido la vida como consecuencia de ataques suicidas y de otra índole cometidos por grupos armados. Cientos, posiblemente miles, de civiles han sido víctimas de secuestros, torturas y homicidios perpetrados por los grupos armados.

Muchos ataques con bomba y otros ataques contra civiles han sido obra de Al Qaeda en Irak y sus aliados entre los grupos armados sunníes. Otros ataques y abusos han sido obra de milicias armadas, algunas de las cuales están vinculadas a partidos políticos chiíes representados en el gobierno y el parlamento actuales. Amnistía Internacional sigue pidiendo la disolución de estas milicias armadas.

Deben cesar de inmediato todos los ataques contra civiles. El pueblo iraquí debe poder vivir en paz y seguridad y disfrutar de sus derechos humanos y ejercerlos libremente y sin temor.

Amnistía Internacional insta a todos los dirigentes y activistas políticos, y a todos los líderes religiosos, comunitarios, empresariales y de otra índole, así como a las personas influyentes de Irak a que se comprometan públicamente con el logro de este objetivo.

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