F. JAVIER BARROSO – Madrid – 06/02/2010
El populoso barrio de Zarzaquemada, en Leganés (186.000 habitantes), vivió ayer un día trágico. Santiago L. D., un hombre de 47 años con problemas mentales, mató a cuchilladas en la madrugada del viernes a su madre, Isabel D. A., de 73. Después cogió el cuchillo, se tumbó en una cama y se degolló. Así al menos se desprende de las primeras investigaciones, según informó un portavoz de la Jefatura Superior de Policía de Madrid.
El hermano del asesino avisó a la policÃa al no lograr abrir la puerta
La noticia se conoció alrededor de la una de la madrugada de ayer. El hermano de Santiago acudió al domicilio familiar, el piso 8º B del número 9 de la calle de Ampurdán. HabÃa llamado por teléfono durante todo el dÃa pero no le habÃa respondido. Tampoco acudieron a abrirle la puerta cuando tocó el timbre de forma reiterada, después de no haber logrado entrar utilizando su llave de la vivienda.
Ante esta situación de incertidumbre, decidió bajar a la calle y pedir la ayuda de la policÃa. Justo en ese momento pasaba un coche patrulla por el lugar, a cuyos agentes explicó lo que le ocurrÃa. Los policÃas solicitaron la presencia de los bomberos, que abrieron la puerta.
Cuando entraron, encontraron a Isabel D. muerta en medio de un gran charco de sangre en el pasillo. Los agentes se dirigieron a una de las habitaciones, donde encontraron a Santiago tumbado en la cama con un profundo corte en el cuello, según fuentes policiales. A su lado estaba el arma utilizada en el crimen: un cuchillo de cocina de unos 20 centÃmetros de longitud que más tarde fue remitido a los laboratorios de la PolicÃa CientÃfica, ya que tenÃa restos de sangre.
El hermano de Santiago explicó a los agentes que éste sufrÃa problemas psicológicos. Aseguró que le habÃan diagnosticado depresión, de la que estaba siendo tratado en el centro José Germain de Leganés.
Los vecinos del número 9 de la calle de Ampurdán se quedaron muy sorprendidos por la noticia, ya que la familia vivÃa en el inmueble desde hacÃa más de 25 años. Eran muy conocidos y se caracterizaban por ser personas muy amables y educadas. El padre murió hace alrededor de 10 años, después de haber sufrido un cáncer de pulmón. HabÃa tenido un bar cerca de la calle de La Rioja, en el propio barrio de Zarzaquemada, por lo que era bastante conocido, según recordaron los vecinos de los fallecidos.
Algunos residentes se echaron a llorar al conocer la triste noticia: «Jamás han dado problemas ni se ha oÃdo una voz en esa casa. Eran unas personas geniales», explicaba Loli, la vecina de enfrente de los fallecidos. «Hace unos dÃas los vimos en las urgencias del hospital. La madre me dijo que estaban allà porque su hijo sufrÃa una depresión muy fuerte y habÃa acudido al centro para que le vieran», añadió Loli.
Santiago L. era taxista desde hacÃa años. TenÃa la licencia en propiedad. «La madre me dijo que veÃa a su hijo muy preocupado porque el negocio no iba bien. Estaba muy triste. TenÃa que echar muchas horas para ganar algo de dinero, y por eso no estaba bien», destacó MarÃa Dolores, una vecina, a la entrada del edificio. El fallecido estacionaba el taxi en un aparcamiento subterráneo cercano, según destacaron los residentes que les conocÃan. «Era un chico muy reservado, alto, delgado, de los que siempre están en forma y que nunca se metÃa en ningún problema. Nunca hubo problemas ni discusiones en esa casa», destacó otra vecina.
El farmacéutico Alfredo Pastor, que atendÃa a la familia desde hacÃa años, aseguró que él no vendÃa a Santiago ningún medicamento para tratar la depresión. «Se llevaba algún antihistamÃnico, ya que sufrÃa alergias que le producÃan urticarias. Que yo recuerde, nunca se ha llevado psicotropos», afirmó Pastor. «La madre estaba muy preocupada porque el hijo fumaba mucho y temÃa que pudiera desarrollar un cáncer de pulmón como le ocurrió a su marido», añadió el boticario.
Fuentes judiciales precisaron que ayer todavÃa no se habÃan practicado las autopsias a los cadáveres. Se realizarán hoy, en principio, lo que permitirá determinar cuántas puñaladas recibió la mujer. Ningún familiar se habÃa pasado ayer por el Instituto Anatómico Forense a reclamar los cadáveres.
Los agentes del Grupo VI de Homicidios encargados del caso ultimaban a mediodÃa de ayer los interrogatorios. La policÃa precintó el domicilio familiar tras realizar la inspección ocular durante la madrugada.
Ãsta es la sexta muerte violenta que se produce en la región en lo que va de año.
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