A todos: ha muerto un amigo, uno de los nuestros, Nicolás, Nicolás Valencia, Nicolás Valencia Redondo, ha muerto porque ha querido.
A todos: ha muerto un amigo, uno de los nuestros, Nicolás, Nicolás Valencia, Nicolás Valencia Redondo, ha muerto porque ha querido. Iba a despedirse de todos pero habÃa perdido el móvil. Y a los que llamó no estabais en casa. Le dolÃa mucho todo esto, hasta el extremo de no soportarlo. Su última manÃa era no molestar. Los amigos que nos vimos anoche, ante su cenicero, nos conjuramos para que no se nos muera de repente. Queremos recordarle. La familia lo enterrará mañana, en Leganés, por la mañana, podéis asistir, y esta tarde podréis verlo en el tanatorio del cementerio viejo, los que queráis. Yo estoy cabreado, no sé vosotros. Se me ha fugado un tipo que veÃa cuatro veces más cosas que yo, Nicolás era mis ojos en los ángulos muertos. Pero lo que más me cabrea es que no nos soportara, que le hiciéramos sufrir tanto. No sabemos vivir si Nico no podÃa vivir entre nosotros.
Se saluda a todos y perdón por las molestias en nombre de Nicolás, que de verdad que no querÃa molestar.
Andrés
(lo escribió Paco Ruiz ahora mismo, Andrés)
In memorian
BIOGRAFÃA EN PRESENTE
Mudos los árboles,
rogué un lÃmite a todo aquello
que turbaba mis dÃas,
te exigà un equilibrio en las imágenes.
El lugar del equilibrio lo ocupó una niebla
tan llena de silencio y llagas
difÃciles de sanar
que, insinuado el bosque, me adentré sin más.
Temeroso de no encontrar la salida
giré la espalda, viré la vista y
fue como con un gajo de limón
que brotó la lágrima perdida.
Oscuro se oye el coro,
estéril mi cordura,
ya jamás negaré lo que es mÃo
pues locos sois vosotros, nuevos muertos de oro.
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