El mundo no puede permitirse reducir la inversión en la lucha contra la pandemia (embargada 1/12)

01/12/2008

La reducción de las aportaciones que los países ricos realizan a la respuesta global contra el VIH provocaría un retroceso de los logros hasta ahora alcanzados en la contención de la enfermedad.
Si por encontrarnos en crisis económica se recorta la inversión en la lucha contra el Sida, en un futuro contener y revertir la infección resultará mucho más caro y tendría un mayor coste en vidas humanas.


Desde el descubrimiento del VIH hace más de 25 años las iniciativas y esfuerzos que se han puesto en marcha para frenar la epidemia han sido claramente inferiores que su ritmo de expansión. Para la coalición de ONG Tenemos Sida, la magnitud que hoy tiene la pandemia, 33 millones de personas viviendo con VIH/SIDA según ONUSIDA, ha sido una consecuencia de esta limitada voluntad. Si realmente queremos contener la pandemia y revertir sus efectos, las aportaciones económicas que a día de hoy realizan los países enriquecidos no sólo no pueden reducirse, si no que tienen que aumentar ahora y en los próximos años. De lo contrario se pondría en peligro que, por ejemplo, las personas que han accedido a tratamiento puedan seguir disponiendo de antiretrovirales.

Sin embargo y según palabras de Juan Carlos Enrique, representante de Tenemos Sida, “la situación económica actual, englobada ya en una tendencia de reducción generalizada de la ayuda, nos hace intuir un recorte mayor en las aportaciones de los países enriquecidos con tremendas consecuencias sobre los tímidos avances hasta ahora logrados en materia de universalización del tratamiento o desaceleración de nuevas infecciones en determinados países”. La reducción de la AOD en VIH/Sida sería especialmente grave si tenemos en cuenta además que ni en época de esplendor económico se ha conseguido financiar el total de las necesidades para hacerle frente al VIH/Sida en países empobrecidos. Es más, la diferencia entre los fondos necesarios, según estimaciones de Naciones Unidas, y los disponibles no ha dejado de crecer en los últimos años.

De la voluntad a la responsabilidad

A día de hoy tan sólo el 30% de las personas que necesitan tratamiento contra el VIH tienen acceso a él a pesar de que la Comunidad Internacional se comprometió a alcanzar la universalización del tratamiento en 2010. Para lograrlo era necesario haber contado con 18.000 millones de dólares en 2007 y sin embargo sólo aportaron los países donantes 10.000 millones. “La escasa voluntad con la que los países ricos aportan fondos para responder a sus compromisos en temas de Sida o pobreza contrasta con la rapidez con la que se han puesto al servicio del sistema financiero más de dos billones y medio de euros”, destaca el representante de Tenemos Sida.

Evitar que el esfuerzo colectivo contra el VIH/Sida quede al capricho de los ciclos económicos y conseguir lograr el 100% de los fondos necesarios sería posible si se contase con un sistema de reparto equitativo de las necesidades económicas en la respuesta al VIH que permitiese pasar de la voluntad a la responsabilidad en las inversiones de los países donantes, logrando que cada uno aportase de forma coherentemente a su nivel de riqueza.

En este momento la Comunidad Internacional se reúne en Doha, Qatar para hablar sobre financiación para el desarrollo. Tenemos Sida estará allí con la esperanza de que, ante la crisis internacional que supone el VIH/Sida, los estados reaccionen con la misma celeridad. La pandemia de VIH/Sida continúa expandiéndose a un ritmo demasiado veloz y supone uno de los mayores obstáculos para lograr el desarrollo de los pueblos. No actuar ahora con la intensidad necesaria conllevaría un mayor gasto en años venideros y se perderán millones de vidas.

Tenemos Sida, continuando con sus esfuerzos por lograr un mayor compromiso internacional contra el Sida, celebrará el Día Internacional de la lucha contra la pandemia con una acción de calle que le llevará a visitar las embajadas de los países del G8 en Madrid para solicitar que incrementen las aportaciones. Miembros del movimiento social se situarán ante las embajadas portando espejos en los que se podrá leer “Tenemos Sida porque el mundo tiene Sida” y devolviéndoles a los poderosos del Planeta el reflejo de un mundo con Sida.

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