Porque la juventud es y debe de ser el despertar de Leganés, si ella duerme tendremos un futuro manipulado y seremos maduros y jóvenes marionetas de la política global y sus políticos y aún peor del Capital, que hoy en crisis, nos saca la sangre y la esperanza.
Es hora de despertar.
Van pasando los años y me preocupa la participación de los ciudadanos en la vida pública.
Observo, como después de 30 años, las entidades más importantes por el número de socios, siguen teniendo prácticamente los mismos dirigentes, no se da el relevo generacional necesario, que oxigene las ideas de cómo queremos o quieren desarrollar la vida pública en común de los leganenses.
También es verdad que observando a nuestra juventud, salvo alguna excepción, tengo la sensación de vivir en una ciudad dormida.
Nuestros jóvenes se limitan en su inmensa mayorÃa a ejercer el derecho al voto cada 4 años y, olvidar la democracia directa y participativa.
También los poetas amateur, que escribimos opinión polÃtica, llevamos más de un cuarto de siglo, necesitamos que surjan escritores, nuevos crÃticos, siempre dije y diré que, cuando Leganés tenga 50 jóvenes escritores, los aficionados no tendremos espacio donde insertar una opinión certera o equivocada.
Me preocupa, repito, una juventud que estando académicamente mejor que mi generación en general, ésta no incida con sus opiniones e ideas en la vida diaria de lo público en Leganés.
Una vez más como he repetido hasta la saciedad, echo mano de la cita de Aristóteles: “Lo que es de todos no podemos dejarlo en manos de cuatro” o de 27 concejales.
Veo a la ciudad dormida, veo a algunos jóvenes hipotecados, otros rumiando un futuro incierto, en definitiva, salvo en penas y entidades deportivas, tenemos una juventud dormida, y por tanto, una ciudad dormitando.
Porque la juventud es y debe de ser el despertar de Leganés, si ella duerme tendremos un futuro manipulado y seremos maduros y jóvenes marionetas de la polÃtica global y sus polÃticos y aún peor del Capital, que hoy en crisis, nos saca la sangre y la esperanza.
Es hora de despertar.
Leganés rezuma pereza,
su sociedad entregada
vive al pairo, y Montoya
juega con naipes marcados
vestido de democracia
donde se oxida el acero
de un arte concertado
de rotondas de arrabal
que salpica ecos mudos
a un pueblo que tiene oÃdos
con sus tÃmpanos de estaño.
Leganés, 12 de octubre de 2008
José Manuel GarcÃa GarcÃa (JOSMAN)