Una vez más el ocultamiento, jamás sabemos si del papel reciclado sacamos una cifra mínima para plantar un nuevo árbol, una nueva vida en un planeta que destruimos a diario.
El Estado, las Comunidades Autónomas, y en especial los ayuntamientos, nos piden que reciclemos y lo hacemos, intentamos velar por el medio ambiente y la sostenibilidad, palabra ésta que no reconoce aún la Real Academia Española, y que nos la ha impuesto Europa, pero lo peor de todo es que, el Ayuntamiento de Leganés, jamás nos dice o da datos sobre los beneficios económicos – por mÃnimos que sean- que sacamos del papel, cartón y cristal, ¿en que reinvierten estos beneficios? Me lo explique o nos lo explique Sr. Alcalde.
Una vez más el ocultamiento, jamás sabemos si del papel reciclado sacamos una cifra mÃnima para plantar un nuevo árbol, una nueva vida en un planeta que destruimos a diario.
Pero hay una regla no escrita, y es muy simple, la naturaleza en su derecho legÃtimo de autodefensa, antes que los seres humanos le demos muerte, ella nos devorará.
A veces creemos que existe Dios, otras necesitamos que exista, como decÃa Unamuno: “¿Señor, por qué no existes?”
Los poetas creyentes o no creyentes, estos dÃas reflexionamos y metaforizamos diciendo que, en cada gota de rocÃo sobre una flor está una lágrima de la naturaleza y de Dios, una lágrima de dolor y de su agonÃa paulatinamente inexorable.
Una flor llora.
¿Llora una flor?
son las gotas del rocÃo
el puro llanto de Dios.
La escarcha sobre los campos,
cuánto hielo de dolor,
cuánto cierzo en su tristeza,
cuánto mar en su interior,
cuánta estela y cuánta estrella,
cuánta eterna embarcación,
y nosotros, ojos ciegos,
sordos y algo peor
estamos matando al mundo,
diluyendo su esplendor,
¿asesinos o suicidas?
No se si con salvación
el planeta vive enfermo
su brutal infección
y hace que lloren las flores.
Diluvia sin razón,
cambia el clima sostenible.
Los bosques siguen ardiendo
por pura especulación,
cada vez hay menos verde,
¿son parches la solución?
Voluntades son palabras,
jamás real intención.
El aire contaminado
nos lleva al estertor
de una muerte anunciada,
éste es el peor terror;
por eso lloran las flores
y el rocÃo de una flor
son el llanto disfrazado:
¡Hacemos llorar a Dios!
Cada alba y cada noche
el mundo que nos creó
nos asesina o suicida,
mientras que alza una voz
un glacial que se hace mar
y un manantial que murió
ya sólo tiene la ausencia.
¿Sed de ausencia? ¿Qué se yo?
Leganés, 22 de julio de 2008
José Manuel GarcÃa GarcÃa (JOSMAN)