“La homosexualidad en el colectivo con discapacidad está aún en el armario”

26/11/2006

Es la opinión de Jesús González Amago, pedagogo y autor del ensayo ‘Reinventarse, la doble exclusión. Vivir como homosexual y discapacitado’, quien participa en Valladolid en la conferencia internacional ‘Sexualidad y mujer con discapacidad’.

El sexólogo y jefe de prevención y promoción de la salud del Ayuntamiento de Leganés, Carlos de la Cruz, ha presentado también una ‘Guía de Recomendaciones para los profesionales que trabajan con personas con discapacidad’.

En el transcurso de la segunda mesa redonda de la conferencia internacional «Sexualidad y mujer con discapacidad» que se está celebrando en el Hotel Felipe IV de Valladolid, Jesús González Amago, autor del ensayo «Reinventarse, la doble exclusión. Vivir como homosexual y discapacitado», ha explicado que “la falta de modelos homosexuales entre el colectivo con discapacidad” propicia la invisibilidad de estas personas.

González Amago ha asegurado que “aún hoy la discapacidad se define como una enfermedad que está estigmatizada” porque la sociedad prefiere “personas saludables y sanas”. En este sentido ha reivindicado el derecho de las mujeres con discapacidad a sentirse sexualmente atractivas, ya que “el hecho de padecer una discapacidad no significa que se sea incapaz de sentir placer o de facilitarlo”. Por eso, ha afirmado, “se puede decir que la homosexualidad en el colectivo con discapacidad está aún en el armario”.

Julián Iniesta, director del Instituto valenciano de atención a los discapacitados (IVADIS), ha puesto sobre la mesa el caso concreto de los centros y residencias que gestiona la sanidad pública valenciana. Iniesta ha pedido a los profesionales que manifiesten “más empatía con las personas con discapacidad”, ya que “ellos también tienen derecho a la intimidad y la privacidad y no sólo en el plano sexual”.

De esta forma, “hay que establecer unas normas y pautas de convivencia en las que también ellos tengan competencia”. Iniesta ha explicado que aproximadamente el 30 por ciento de las personas con discapacidad que viven de forma permanente en un centro en la Comunidad Valencia no lo abandonan nunca y sólo un 20 por ciento lo hacen semanalmente. “El derecho a la sexualidad o las necesidades fisiológicas son hechos íntimos y privados para toda persona, también para los que padecen una discapacidad” ha añadido.

Agustín Malón ha participado con una ponencia sobre “Abusos sexuales y discapacidad, interrogantes críticos para la reconsideración de un discurso”, abordando el complicado concepto de “abuso” en una reflexión dirigida a técnicos, profesionales y responsables de la atención social a las personas con discapacidad. En una de sus reflexiones ha afirmado que “el inquietante modo en que ha sido concebido el fenómeno de los peligros sexuales que amenazan a la infancia responde más a discutibles posturas ideológicas y morales que a prácticas profesionales racionales o razonables”.

En relación al abuso infantil ha afirmado que “muchas veces, la vivencia traumática del abuso viene después, cuando los adultos que rodean al menor, los profesionales que le atienden o la comunidad que se entera de lo sucedido reaccionan con virulencia ante un hecho que de entrada no ha sido vivido con ese dramatismo y ese sufrimiento que muchos imaginan”. Por último y en relación a las mujeres discapacitadas ha asegurado que “el mejor regalo que les podemos hacer a las mujeres con discapacidad no es protegerlas del abuso, sino emanciparlas en el uso de un valor: su condición sexuada y erótica”.

Ya por la tarde, el sexólogo y jefe de prevención y promoción de la salud del Ayuntamiento de Leganés, Carlos de la Cruz, ha sido el encargado de presentar la Guía de Recomendaciones para los profesionales que trabajan con personas con discapacidad, que es uno de los resultados finales del proyecto SWOD. En su ponencia, ha subrayado que el objetivo principal de esta guía es “que los profesionales asuman su responsabilidad en la educación sexual” de las personas con discapacidad, una tarea que deben compartir “con la familia y otros agentes sociales”.

En este sentido, lo que se quiere es acabar “con la estrategia de silencio” que existe en torno a la sexualidad de las personas con discapacidad, ofreciendo “unas pautas comunes” para que la sociedad “aprenda a respetar el espacio de intimidad de las personas con discapacidad”. De la Cruz considera que estas personas, por ejemplo, “se desnudan delante de demasiada gente”, por lo que cree que no existe “un respeto hacia su cuerpo desnudo”.

El sexólogo ha revindicado el derecho de las personas con discapacidad “a su imagen personal” para que “puedan expresar su sexualidad” y ha pedido a profesionales y familiares “que no infantilicen su estética”. Para lograr este objetivo se ha de asumir que estas personas tienen “una sexualidad que es tan válida como la de los demás” para lo que es necesario “aprender a tenerles en cuenta” y “hacerles protagonistas de su propia vida erótica”.

En la organización de esta conferencia han colaborado tanto asociaciones de mujeres como organizaciones que trabajan con el tema de la discapacidad. Representando a España han participado la Fundación Intras, como entidad coordinadora del proyecto, y la Asociación Estatal de Profesionales de la Sexología (AEPS), que ha proporcionado su experiencia y competencia en materia de sexualidad. Además han colaborado COIN Sociale (Italia), CJD Dortmund (Alemania), SUSTENTO (Letonia), CPH Female (Dinamarca) y Women’s Training Centre (Estonia).

Además de realizarse el estudio comparativo para averiguar el nivel de conocimientos en materia de sexualidad en las mujeres con discapacidad, en comparación con los hombres, se ha trabajado en una búsqueda de buenas prácticas en cada país participante para elaborar finalmente, un manual de Buenas Prácticas, y una guía de recomendaciones para los profesionales.

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