Raúl Moreno y Nandi Jiménez proyectaron un documental de su ascenso al Cho Oyu

29/11/2005

Se proyectó un vídeo de su ascenso al Cho Oyu, de 8.205 metros. A los 900 metros de la cima se volvieron porque sufrían fiebre y congelación de pies.


«Aunque no hayamos llegado a la cima, la expedición ha sido un éxito. El simple de hecho de haberla podido llevar a cabo es todo un éxito». Fernando Jiménez Chillarón Nandi, bombero de 40 años, y Raúl Moreno Álvarez, responsable Dejóvenes, de 41, fueron los protagonistas entre el 1 de septiembre y el 10 de octubre de una gesta: la expedición pepinera a una montaña de 8.204 metros, Cho Oyu (Diosa Turquesa), en el Himalaya, subvencionada por Ayuntamiento y comercios locales.La semana pasada ante más de 60 personas, Raúl y Nandi proyectaron un vídeo sobre su viaje de aventura, bautizado con el lema Leganés por la paz y la convivencia, y en honor del geo fallecido en Leganés Norte Francisco Javier Torronteras tras el suicidio de siete islamistas que explosionaron un piso en este barrio.

Raúl y Nandi compartiendo con prensa, amigos y familiares sus experiencias en el Cho Oyu Los dos leganenses se quedaron a 900 metros de llegar a la cumbre y culminar la gesta. Iban con el tiempo justo y no acabaron de aclimatarse a los 6.000 metros hacia arriba (el límite humano de correcto funcionamiento) donde el paso más pequeño cuesta un esfuerzo físico enorme. Por si fuera poco, Raúl sufrió una faringitis con fiebre y Nandi, un inicio de congelación en los pies. «Nos dimos la vuelta, pero regresaremos», señalan. Nandi, tal vez el próximo año, con compañeros bomberos, y Raúl en 2007.

La expedición alcanzó los 7.300 metros con la bandera del municipio, firmada por los tres grupos políticos. «Queríamos hacer cumbre, no con ayuda de sherpas, sino llevando cada uno 20 kilos de peso a la espalda. En la montaña vi un camino liso, que en Leganés lo habría superado corriendo unos minutos, pero allí se me hacía casi imposible dar un paso», dijo Raúl. «Queríamos subir de una manera noble, llevando nosotros todo el peso y sin ayuda de porteadores», añadió Nandi. «Por 1.000 euros teníamos a un sherpa durante un mes, pero eso no es montañismo. Lo que nos hemos encontrado, al ver expediciones comerciales con porteadores y que al llegar a los campos se encontraban con las tiendas montadas y el té hecho, ha sido bochornoso. 20 kilos por encima de 6.000 metros puede duplicar el esfuerzo» , matiza.

Raúl señala un fallo: «Tuvimos algunos errores como estar demasiados días para la aclimatación. Por eso durante todos los días sufrieron dolor de cabeza y cansancio, y cuando llegaron a los 7.300 metros se presentaron diarreas y vómitos». Por eso echaron marcha atrás con un sentimiento de victoria por llegar adónde lo habían hecho ayudados solo con sus manos, piernas y espaldas. «Tras 20 días en la montaña, rodeados de piedras y sin vida alrededor, uno se pregunta, ¿qué coño hago aquí? Sin comodidades y sufriendo todos los días». Nandi recordó los momentos difíciles de relación con cuatro mallorquines que iban con ellos y con Manu, el tercer madrileño. «Cuando estás tan cansado es difícil convivir. Ves que otra persona te coge la taza y te entra un enfado terrible».

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