Fernán-Gómez proyecta desde una silla el viaje a todas las partes de su vida

01/12/2006

Fernán-Gómez es desnudado por Trueba y Alegre para, desde una silla, dar un repaso a su figura.


Él quería ser un ¡¡¡señoriiiittoo!!! rico. Cuando escuchó caer la primera bomba sobre Madrid decidió evacuar su vientre. Y entonces se dio cuenta de que no sería aventurero. Cuando Madrid dejó de ser una ciudad cercada comenzó a andar, a andar y a andar y llegó hasta… Leganés. fernangomez.gif «¡Vengo del mundo, de la liberación!», dijo a las gentes de allí y les invitó a coñac. Se veía demasiado flaco y poco agraciado físicamente después de que una muchacha en flor de su época le espetara: «Fernando, a tí no se te puede destruir, tú ya estás destruido». Noctámbulo y tierno, en casa de Lola Flores conoció a Ava Gardner y Frank Sinatra, a quien le pidió que cantase «Saint Louis Blues», y la Voz le miró con cara de «huele mierdas». Después el animal más bello del mundo le susurró algo en inglés y él pidió traducción a uno que pasaba por allí: «Que dice que si tiene usted ganas de joder ahí tiene a mi mujer, que siempre está dispuesta». Las mujeres no le atraen por cultas: si necesita una maestra ya buscará a alguien que le enseñe filosofía medieval. Le gusta cultivar la antipatía para liberarse de los pesados. Un día Luis Lucia le dijo: «Tengo ganas de pegarle a alguien». Y le acompañó a un bar donde Lucia se lió a mamporros con el vecino de barra. Fernán-Gómez se desnuda así desde una silla que han colocado Trueba y Alegre para rescatar a un grande.

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