Hay que reír por no llorar

24/10/2016

Los residentes de este centro queremos poner en conocimiento de la opinión pública lo que nos está sucediendo. Las obras iniciadas hace años parecen el cuento de nunca acabar, son ralentizadas sistemáticamente desde arriba por los recortes impuestos. Las instalaciones y los medios para trabajar no se están adecuando a nuestras necesidades, lo cual perjudica a nuestra ya maltrecha independencia y nuestra falta de movilidad. La calidad asistencial que siempre ha sido de primera, se está viendo gravemente afectada por la ausencia de personal y de medios, ya que no se están cubriendo las plazas de jubilaciones, traslados, excedencias, etc..


Actualmente carecemos de médico, como poco tenemos una tercera parte menos de enfermeros, auxiliares y camareros. Esto implica que nos veamos obligados a saturar el sistema de salud y a pasar calamidades para poder tener un control sanitario básico. Por mucho que el personal se esmere en atendernos, no dan abasto, ya que aunque seamos menos, nuestro grado de deterioro es cada vez mayor, pues como es lógico, nuestras enfermedades de base van avanzando. Esto implica un riesgo añadido de cara a la atención de los más graves e inmóviles.

Nos sentimos abandonados por la Administración, vemos cómo languidece un centro, nuestro Camf de Leganés, que es nuestro hogar y que es pionero en la atención a las personas con movilidad reducida, un lugar que ha sido ejemplo de bienestar para nosotros y para el resto de España. En esta situación echamos de menos las antiguas visitas de algunos políticos a los que parecemos no importarles ahora.

Nuestra petición es más que legítima: que cubran las vacantes de personal y completen adecuadamente y con celeridad las reformas del edificio, así como la renovación de las dotaciones a la medida de nuestras necesidades.

Un grupo de residentes del Camf de Leganés