A ver si Rajoy nos escucha

19/02/2013

Lunes 18. Estoy a punto de partir hacia el Congreso de los Diputados junto con Esteban, director de Amnistía Internacional y José María, Director de Intermon Oxfam. Vamos a entregar al presidente Rajoy y a los portavoces de los Grupos Parlamentarios un decálogo frente a la crisis. La sociedad está ya cansada de ver cómo siempre son los mismos, los más débiles, quienes pagan por las crisis que generan los más poderosos.


Amnistía Internacional, Intermon Oxfam y Greenpeace llevan muchos años trabajando conjuntamente para denunciar y poner coto a los desmanes que, con la excusa de la crisis, se están cometiendo y de poner las bases para iniciar un nuevo ciclo donde los derechos de las personas, la igualdad social y el medio ambiente sean la piedra angular para ganar el futuro.

Vivimos una situación política controvertida, una economía inestable, una pérdida de derechos sociales y una degradación ambiental sin precedentes, que están haciendo recaer en los sectores más vulnerables el peso de una crisis que no han producido ellos. Mientras, el mantra de la austeridad se ceba con los más débiles. Se está limitado la sanidad universal, mermado la calidad de la educación, recortando la solidaridad internacional, produciendo una regresión de las políticas sociales y medioambientales sin precedentes.

Nos encontramos ante una encrucijada histórica. Y esta vez, el medio ambiente no debe pagar los platos rotos porque no tenga ni madre ni padre que cuide de él. Con la excusa de la crisis, vemos cómo se pone a disposición de unos pocos el patrimonio natural de todos; como ex-presidentes de gobierno, ministros, secretarios de estado y un largo etcétera de cargos públicos acaban en compañías eléctricas, petroleras o constructoras; cómo el tsunami de la corrupción urbanística se lleva por delante bosques y playas; como el oligopolio eléctrico pone en jaque a uno de los pocos sectores de futuro en este país como son las energías renovables.

Con una intensidad y rapidez sin precedentes el Gobierno esta procediendo a desmantelar toda ley de protección ambiental que se encuentre por el camino y que suponga un obstáculo para la inversión. Su avidez por privatizar todo aquello que se ponga a tiro es insaciable, ya sea el agua, el litoral o los montes de utilidad pública. Frivolizan sobre la lucha contra el cambio climático, uno de los grandes desafíos a los que se enfrenta la humanidad, y apuestan, si el más mínimo rubor, por un modelo pesquero y agrícola condenado al colapso. Apuestan por energías sucias, caras y peligrosas como la nuclear, el carbón y el petróleo.

El medio ambiente es la gran oportunidad para salir de la crisis y quien no lo quiera ver debería hacerse mirar la vista de cerca y sobre todo de lejos. Apostar por la sostenibilidad es apostar por la mejora de la calidad de vida de las personas, es apostar por la generación de empleo estable y de calidad. Movilidad sostenible, energías renovables, ahorro y eficiencia energética para ganar la batalla al cambio climático, porque nos la jugamos en los próximos años; pesca y agricultura sostenibles para unos océanos y bosques con futuro; rehabilitación de viviendas bajo criterios ecológicos para ofrecer un futuro a un sector de la construcción que vomita miles de parados cada día; gestión forestal próxima a la naturaleza para evitar que los incendios forestales arruinen nuestros bosques.

Un país que se acerca a los 6.000.000 de parados no puede dar la espalda a sectores económicos altamente generadores de empleo y en los que está la clave para una transición hacia un nuevo modelo económico, una transición que ha de ser justa, teniendo siempre en cuenta a los sectores más desfavorecidos.

A lo largo de sus 40 años de historia, Greenpeace ha podido constatar cómo, en cuanto asoma una crisis económica, el medio ambiente se convierte en una presa fácil y codiciada por “los mercados” que, ante la pasividad de los gobiernos, hacen caja, y obligan a empezar el ciclo perverso y demoledor.

Por eso vamos al Parlamento a entregar al Gobierno y a los Grupos Parlamentarios un decálogo de medidas frente a la crisis. En él pedimos que se adopten las políticas necesarias para garantizar, ante todo, los derechos de las personas, reorientar la gestión de los recursos naturales y el modelo energético a favor del empleo y la sostenibilidad, y apostar por una política fiscal y económica equitativa y justa. La ciudadanía está diciendo alto y claro: ¡Así, NO!

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