Cine desde el sur de Madrid

28/11/2011

«Toma 0. Pionera» es un documental que habla de las primeras mujeres que dirigieron películas en España, Helena Cortesina, Rosario Pi, Ana Mariscal, Margarita Alexandre, Josefina Molina, Cecilia Bartolomé y Pilar Miró. Por supuesto vivieron momentos históricos difíciles como la caída de la República, La Guerra Civil, El Franquismo, La Transición,.. El nacimiento de la Escuela de Cne, etc.


Por un momento, las directoras de cine creímos rozar el sueño de la igualdad pero nos topamos con el tsunami financiero que actualmente amenaza con dejar la oferta cultural y la industria cinematográfica en un triste esqueleto. Las carreras de algunas de estas directoras pioneras sobrevivieron a las dificultades. Otras, en cambio, fueron devoradas por las circunstancias históricas ¿Qué nos deparará el futuro?

Toma 0. Pionera es una película de bajo presupuesto. Un proyecto que estuvo a punto de descarrilar en la salida. Varios vagones se descolgaron del tren y la máquina llegó en solitario a la meta.
Hacer una película es un acto de reafirmación extrema. Hay muchas posibilidades de no llegar a la meta o de no alcanzar el destino.

Durante el proceso de producción de Toma 0. Pionera ha crecido mi admiración hacia Pilar Miro y Rosario Pi. Ambas directoras estuvieron marcadas por enfermedades en su infancia, las dos rompieron todos los moldes y tópicos atribuidos a las mujeres de su época. Por supuesto todas las directoras mencionadas en el documental tuvieron que tener una gran determinación para conquistar su deseo. Tal vez esa es la característica esencial para dirigir películas: La determinación, estar dispuesta a vencer cualquier dificultad, cualquier problema y afrontar sus consecuencias.

Toma 0. Pionera ha sido proyectado en el Festival de Cine Europeo de Sevilla 2011. No nos vamos a engañar, éramos la cenicienta del festival, bueno, no quiero ser egocéntrica, una de las cenicientas. Hay tantas películas buscando su oportunidad que realmente el embudo de la distribución es enorme. Y para los profesionales que estamos ubicados en los margenes de la producción, la dificultad es casi invencible, desgraciadamente, la situación económica hará que esos margenes se pueblen de muchos proyectos producidos desde la desesperación.
Justo un día antes de viajar a Sevilla, David Cronbengen decía que actualmente hay mas gente interesada en hacer cine que en ver cine. Creo que tiene razón. Hay tantas películas deambulando por mercados y festivales sin apenas posibilidades de llegar al público, tanto esfuerzo realizado, tanta determinación que muere sin encontrar ninguna recompensa…

Una directora rusa pedía en Sevilla ser acogida en un proyecto de protección cultural. Los directores/as rusos parece que viajan a los festivales europeos y nos envidian. A mí me sorprendió la petición. Sabía que las televisiones distorsionan nuestra imagen a los emigrantes que huyen de la pobreza, pero desconocía la distorsión que generan los festivales de cine en artistas sin recursos. Yo soy muy fiel a mis padres, pero me hubiera gustado tener un suegro político o una suegra escritora; seguramente hubiera tenido mas oportunidades. Estuve por pedir la palabra y pedir el apoyo cultural para los excluidos de la sociedad española pero opte por el silencio. A veces es lo mas cómodo.

La realidad cambia pero hay un pespunten que se perpetua a lo largo de la historia. Las mujeres seguimos produciéndonos a nosotras mismas. No encontramos productores que apuesten por nuestros guiones o por nuestras carreras como directoras. Nos cuesta una barbaridad tener una carrera con cierta continuidad. Por eso mí película se llama Toma 0. Pionera. No acumulamos historia, seguimos siendo singular, siempre empezando. Apenas hemos nacido como colectivo. Continuamos siendo una rareza en nuestra sociedad.

En una de las entrevistas del documental, Ramiro Gómez B. de Castro contaba el día, la hora casi exacta, cuando tuvo constancia que había mujeres directoras, sabía que había mujeres trasgresoras en el arte, en la vida, pero mujeres directoras. Él lo descubrió viendo una entrevista en TV a Ana Mariscal. Fue una gran sorpresa.

Ahora, cuando conoces a alguien, pasa un poco igual, si vas desaliñada pueden pensar que eres una profesora, una escritora progre, incluso una montadora. Si vas guapa o bien vestida, pueden llegar a pensar que eres actriz, presentadora, pero nunca nadie piensa como primera opción que eres directora de películas. La mirada que surge cuando escuchan tu profesión es un poema, que suele ir acompañado de un: ¡Caray!, nunca había conocido a una directora. Bueno, si, somos pocas.

Hay una anécdota que quiero contar. Contiene una metáfora sobre la vida muy contundente. Cuando mi hija tenía 8 años, su profe de educación física decidió hacer una liga de fútbol mixta. Organizó todo: horarios, calendarios etc, pero la sorpresa le llegó por donde menos se lo esperaba. Los niños se reunieron y decidieron poner dos condiciones para que se celebrara la liga de fútbol mixta. Las niñas no podían ser ni capitanas ni entrenadoras de los equipos. Esos niños eran hijos de parejas de clase media, universitarios, los padres colaboraban en las tareas domesticas y las mujeres estaban integradas en el mercado laboral. La sorpresa del profesor fue muy grande. Sí, es bueno para todos que las mujeres aprendamos a ser mejores compañeras, mejores amantes, mejores amigas, incluso mejores profesionales, pero el cortocircuito sigue saltando cuando nos acercamos al control del juego. Si, es divertido ver correr, sin criterio, a las niñas, detrás de la pelota. Es obvio que les queda tanto por aprender, les resulta tan difícil saber y entender que es un fuera de juego, incluso concretar los limites del área. El camino hacia la igualdad se ve como algo lejano, ajeno a las vidas presentes, pero si son las capitanas y las entrenadoras, el cambio, la perdida de poder, de control, se vuelve cercana y próxima, entonces los hombres, bastantes hombres, se sienten amenazados. El sistema se tambalea.

Si, tenemos pocos aliados. El precio de realizar nuestro sueño es muy alto. Pero ellas, las directoras pioneras, encontraron su caminos y dejaron la semilla. Nosotras tenemos que continuar a pesar de la crisis económica, del olor desagradable que viene del futuro. No doy ninguna batalla por perdida y creo que la de las directoras actuales tiene muchos objetivos por conquistar, pero para que el cuento funcione hay que empezar desde la infancia. Hay que enseñar a las niñas a ser independientes, hay que enseñarles las reglas del juego, hay que enseñarles a crear, a contar historias para que cuando se den las circunstancias y tengan que jugar, ser titulares, saltar al césped, no fallen y ganen el partido definitivamente.

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