Un informe revela crímenes contra la humanidad en una localidad siria

06/07/2011

Londres.- Los brutales métodos utilizados en una devastadora operación de seguridad llevada a cabo en la localidad de Tell Kalakh, al oeste de Siria, pueden constituir crímenes contra la humanidad, según ha dicho hoy Amnistía Internacional en un nuevo informe.


El informe, titulado Crackdown in Syria: Terror in Tell Kalakh, documenta las muertes bajo custodia, torturas y detenciones arbitrarias que tuvieron lugar en el mes de mayo, cuando el ejército y las fuerzas de seguridad de Siria llevaron a cabo una amplia operación de seguridad, de menos de una semana de duración, contra los residentes de esta localidad cercana a la frontera con Líbano.

“Los testimonios sobre lo ocurrido en Tell Kalakh presentan un panorama sumamente preocupante de abusos sistemáticos con el objetivo de aplastar a la disidencia”, ha dicho Philip Luther, director adjunto del Programa Regional para Oriente Medio y el Norte de África de Amnistía Internacional.

“La mayoría de los crímenes denunciados en este informe caen bajo la jurisdicción de la Corte Penal Internacional, pero es necesario que el Consejo de Seguridad de la ONU remita primero al fiscal de la Corte la situación de Siria.”

Las conclusiones del documento se basan en entrevistas realizadas en Líbano y telefónicamente a más de 50 personas en los meses de mayo y junio. A Amnistía Internacional no se le ha permitido entrar en Siria.

La operación comenzó el 14 de mayo, cuando el ejército y las fuerzas de seguridad entraron en Tell Kalakh tras la celebración de una manifestación pidiendo la caída del régimen.

Ese día murió como mínimo una persona, Ali al Basha, de 24 años, al parecer abatido por los disparos de francotiradores, e incluso la ambulancia que trasladaba su cuerpo fue tiroteada. Muchas personas trataron de huir, y las fuerzas sirias dispararon contra las familias que huían.

En los siguientes días, hubo redadas y detenciones de decenas de hombres habitantes de la localidad, algunos de más de 60 años y también muchachos menores de 18. Todas las familias de Tell Kalakh con las que se entrevistó Amnistía Internacional en Líbano dijeron tener al menos un familiar detenido.

Según los testimonios, la mayoría de los detenidos fueron torturados, en ocasiones incluso durante su arresto. En un caso, los soldados contaron cuántos detenidos transportaban apagándoles cigarrillos en la nuca.

Los detenidos dijeron a Amnistía Internacional que el servicio de Seguridad Militar, una de las fuerzas de seguridad responsable de las detenciones, los torturaba con el método del fantasma (shabah) –consistente en obligar al detenido a mantener una postura en tensión durante largos periodos y golpearlo–, atándolos por las muñecas a una barra situada a una altura que los obligaba a permanecer de puntillas.

“Mahmoud”, de 20 años, detenido el 16 de mayo y puesto en libertad casi un mes después, estuvo aproximadamente cinco días en el centro de detención de Homs del servicio de Seguridad Militar:

“Todo los días pasaba lo mismo. Me ataban en la postura del fantasma y me aplicaban descargas eléctricas en los testículos y en otras partes del cuerpo. A veces yo aullaba de dolor y suplicaba al interrogador que parara, pero a él le daba igual».

Según los testigos, al menos nueve hombres murieron bajo custodia tras ser detenidos durante la operación de seguridad de Tell Kalakh. A ocho de ellos –algunos de los cuales habían participado activamente en las manifestaciones– les dispararon tras ordenarles que salieran de una casa, y los soldados se los llevaron heridos.
Hasta unas dos semanas después no se les dijo a sus familiares que fueran a un hospital militar a identificar sus cadáveres. Los testigos afirman que los cuerpos presentaban señales de tortura, como cortes en el pecho, cuchilladas a lo largo de los muslos y lo que parecían heridas de bala en el dorso de las piernas.

Un perito médico analizó para Amnistía Internacional la fotografía de uno de los cadáveres, el de Abd al Rahman Abu Libdeh, y concluyó que las heridas que presentaba en la cara, los hombros y el cuello parecían producto de agresiones recibidas cuando aún estaba con vida.
Algunos de los familiares que acudieron a identificar los cadáveres dijeron que se les obligó a firmar un documento en el que declaraban que sus familiares habían muerto a manos de bandas armadas.
Amnistía Internacional sabe que varias personas detenidas durante la operación de seguridad realizada en Tell Kalakh siguen bajo custodia, entre ellas un muchacho de 17 años.
La organización ha pedido a las autoridades sirias que pongan en libertad a todas las personas –incluidas las menores de edad– detenidas arbitrariamente y por tomar parte en manifestaciones pacíficas o expresar sus opiniones disidentes.

La organización considera que los delitos perpetrados en Tell Kalakh constituyen crímenes contra la humanidad, pues parecen formar parte de un ataque generalizado y sistemático contra la población civil.
Amnistía Internacional ha reiterado su petición al Consejo de Seguridad de la ONU para que remita la situación de Siria al fiscal de la Corte Penal Internacional. La organización ha instado también a las autoridades sirias a que permitan acceder sin trabas a los investigadores de la ONU que examinan la situación de los derechos humanos en Siria.
”La disposición de la comunidad internacional a actuar con relación a Libia en nombre de los derechos humanos ha puesto de manifiesto su doble rasero respecto a Siria”, ha dicho Philip Luther.

“A pesar de que el presidente Bachar el Asad habla de reformas, hasta ahora hay pocas señales de que las autoridades sirias vayan a responder a otra cosa que no sean medidas internacionales concretas.”

Prensa – Amnistía Internacional Leganés

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