La caída de las temperaturas y la falta de suministros empeoran la situación de los niños y niñas desplazados en Japón

18/03/2011

17 de marzo de 2011. Save the Children alerta de que hay más de 100.000 niños y niñas desplazados en Japón. A su situación, ya de por sí complicada, se suma ahora la bajada drástica de temperaturas en la zona afectada, que está provocando fuertes nevadas y que pone en peligro la salud de los pequeños.


“Estamos viendo a familias agruparse en torno a hogueras para calentarse. Bajo estas temperaturas, los niños y niñas son muy vulnerables a enfermedades como infecciones en el pecho o gripes. El estrés que están viviendo hace que su sistema de defensas sea más débil”, explica Stephen McDonald, coordinador del equipo de Save the Children en Japón.

Suzonoskue tiene 6 años, el pasado viernes vio como una ola destruía su casa y ahora se refugia en un hospital: “Llegó una montaña muy grande de agua. Justo encima de nuestra casa. Todo desapareció. Pero luego otra ola llegó y era mucho más alta”. […] “Quiero ir a casa. Quiero darme un baño y estar con mis amigos”.

Karen, también de 6 años, vuelve a la zona donde estaba su casa, ahora sólo hay escombros y se refugia con su familia en una escuela: “llevamos aquí desde el viernes, hace frío y me quiero bañar”. Sus padres señalan que es muy difícil mantener a un niño entretenido en un espacio tan pequeño, así que a veces se aventuran a dar un paseo a pesar de las bajas temperaturas y las copiosas nevadas.

Las labores de ayuda a los afectados continúan obstaculizadas debido a la crisis nuclear, que afecta al suministro de bienes de primera necesidad como alimento, agua, combustible para cocinar o ropa.
“La situación en la planta de Fukushima está derivando en una nueva oleada de desplazados y la preocupación por la seguridad está haciendo muy difícil que el personal llegue a la zona”, añade McDonald.

El personal de Save the Children ha hablado con niños y niñas desplazados por el terremoto, que han trasmitido el miedo a lo que pueda pasar si la situación en Fukushima empeora. En uno de los centros de evacuación, cerca de Senadi, Kazuki Seto, de ocho años, cuenta: “Estamos muy preocupados por las centrales nucleares. Tenemos mucho miedo de la radiación. Por eso no jugamos en la calle”. Yasu Hiro, de 10 años, dice: “Sabemos lo que pasó con las bombas de Hiroshima y Nagasaki y tenemos miedo, nos preocupa mucho, si explota va a ser horrible”.

La ONG de infancia, que está trabajando de cerca con el Gobierno japonés, tiene equipos en Tokio y Sendai y está estableciendo espacios seguros que permiten a los niños y niñas recuperarse de los traumas y pasar tiempo con otros niños jugando, mientras son supervisados por adultos.

Las zonas de juego dejan además a los padres tiempo para buscar alimento, trabajo, refugio o para intentar localizar a otros familiares. “Es esencial que les transmitamos la sensación de normalidad cuanto antes a los miles de niños y niñas que han sufrido experiencias traumáticas. Y este frío amenaza con hacer sus vidas más estresantes aún”, añade McDonald.

Save the Children tiene en marcha una campaña de recaudación de fondos para los afectados en Japón através del nº de cuenta 0049-1837-58-2910344142 del Banco Santander o en www.savethechildren.es/japon/

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