Leganés no se rinde

11/02/2011

Observamos con preocupación la paralización de las obras de la Biblioteca Central, la caída de los tabiques de los vestuarios de una zona deportiva donde juegan niños y mayores.


Leganés, vive bajo una sombra de sospecha, vive pendiente de decisiones judiciales, es decir, vivimos y sufrimos al compás de imputados, obviamente con su de presunción de inocencia, y, esperamos la verdad, la claridad total de muchos asuntos turbios, esperamos la catarsis, la cristalización de la verdad.

Observamos con preocupación la paralización de las obras de la Biblioteca Central, la caída de los tabiques de los vestuarios de una zona deportiva donde juegan niños y mayores, la contaminación brutal junto con la de Madrid que se hace insostenible, y el baile de la lista electoral del PSOE, donde como en el cocido, van revueltos garbanzos y repollos, morcillos y tocinos.

Desde muy antiguo se dice: “El que espera desespera”, pero Leganés, empezó a desesperarse con el Sarkomóvil del Alcalde, con sus más que excesivas fotografías en la revista La Plaza, con la piscina Solagua, con los terrenos para unos posibles chalés de lujo, con un centro –presuntamente- penitenciario, que no llegó a implantarse, con el intento de privatizar o rescatar la Plaza de Toros, con los salarios de los políticos, con el excesivo número de cargos de confianza, con lo que supone el gasto de la confianza del cargo, los encierros taurinos excesivamente pagados, el desmantelamiento de la Escuela de Música, sería un rosario interminable de desatinos en la gestión de la ciudad, de los que nos ha machacado la prensa, en busca de la noticia y de la verdad de la misma.

A veces, salvando distancias, me das la sensación de vivir en 1898, esa época, que hoy nos recuerda la personalidad de Joaquín Costa, y de los intelectuales de la llamada “Generación del 98”.

Tiempo aquél de hundimientos, de desastres, de oligarquía y caciquismo, de los que tanto escribió D. Joaquín.

A veces creo que, sólo nos queda a los ciudadanos la paz y la palabra, como nos dijo nuestro ilustre vecino temporal, Blas de Otero.

Y entre tanto desatino, con la inocencia de los angelitos, esperamos las urnas, esperamos y desesperamos que llegue mayo.

Y entre esperanzas y desesperanzas, me queda asomarme a los “Episodios Nacionales”, porque lo de Leganés es un episodio pepinero, y recordando y hasta plagiando a Galdós, repetir y repetir: “Y entre tanto desatino, siempre habrá una pluma libre para escribir que Leganés no se rinde”

Leganés, 10 de febrero de 2011

José Manuel García García (JOSMAN)

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