El matar o condenar al mensajero

27/10/2010

También en nuestro Leganés, se condena o intentan condenar al mensajero, al tener menor población, menor incidencia pero…

España hoy como ayer y como siempre, tiene por costumbre “matar o condenar al mensajero” lo primero se daba más en tiempos antiguos, hoy también en los mundos de la mafia o del llamado crimen organizado; luego quedan esos mensajerillos de uso diario con menos identidad y menos entidad y menor castigo

En España hemos tenido tres casos dignos de reflexionar, Juan de Escobedo, secretario de D. Juan de Austria bajo el reinado de su hermano Felipe II, -en pasados días recogido en una miniserie televisiva sobre la Princesa de Éboli-.

El segundo D. Germán de Argumosa, muy conocido por una actuación poco entendida en la historia y de mínimas consecuencias, ya que en 1945 en plena posguerra española, tomó la localidad de Torrelavega en Cantabria declarando la Monarquía durante 24 horas, con armas pero sin usarlas, algo inexplicable en la época del terror, del hambre y de la de juicios sumarísimos sin derechos para el procesado. Dicen que a D. Germán se lo ordenaron, pero no acabamos de saber, ¿el qué, por qué y para qué?

Yo creo sin ser historiador que, Argumosa, fue un mensajero con su acción, ¿pero mensajero de quién…?

Posiblemente los historiadores lo sepan, pero lo importante es que, al ciudadano de a pie nos queda ese pozo de querer saber y nos convertimos en tierra sedienta, bajo esa pertinaz sequía, sed de saber, ¿el qué, por qué y para qué?

También tenemos a D. Antonio Tejero, como conocemos todos, entró armado en el Congreso de los Diputados armado el famoso 23 de febrero de 1.981, produciendo con 200 guardias civiles, que NO LA GUARDIA CIVIL como institución, un intento de Golpe de Estado, los autocares que trasladaron a los guardias civiles eran particulares y, en aquella época los guardias civiles tenían un artículo que decía: “el guardia civil es ajeno a toda responsabilidad siempre que haya ejecutado fielmente las ordenes de sus superiores”

Se le juzgó y se los juzgó con todas las garantías procesales, a los implicados, ¿pero cual era el mensaje de Tejero, cuando sólo era una pieza media del juego ajedrecista y golpista? Se dice que quedan flecos sueltos en ese ¿el qué, por qué y para qué?

Si lo miramos bien, tanto en mi localidad Leganés y en el resto de España todos somos grandes o pequeños mensajeros y siempre hay un poder que ayer mataba, hoy condena y hasta silencia a los seres humanos por saber, hablar, hacer o escribir, esto aún hoy es un peligro, y por ello la mayor parte de la ciudadanía, aún en la llamada democracia es muda, sorda, ciega y manca.

Y yo llego a la simple resolución de que los Escobedos, Argumosas y Tejeros, y a pesar de sus hechos, fueron y siguen siendo cruz y pena de los tiempos.

Cuando nos enfadamos por una gestión bancaria o sanitaria, lanzamos nuestra ira contra el bancario y no contra el banquero, y contra el auxiliar de enfermería y no contra la Consejera o Ministra.

Leganés, 26 de octubre de 2010
JOSé MANuel García García (JOSMAN)

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