El perro y la escopeta del Gran capital

07/05/2010

España no sufre neumonía como Grecia, pero estamos resfriados y debemos de encamarnos, y metafóricamente apretarnos el cinturón, y como decían las abuelas, leche, miel y aspirina. Y que pase lo antes posible.


Cuando veo la brutalidad del Capital, de la banca, los desalientos de los mercados, los dimes y diretes del Gobierno y de la oposición parlamentaria, a veces, me siento, no derrotado, pero si cansado, y como la liebre salgo despistado y ciego porque no se si a mi me alcanzará también el perro lebrel o la escopeta del gran capital, España no sufre neumonía como Grecia, pero estamos resfriados y debemos de encamarnos, y metafóricamente apretarnos el cinturón, y como decían las abuelas, leche, miel y aspirina. Y que pase lo antes posible.

No podemos hacer más, salvo la revolución, pero yo la tengo prohibida, sólo me dejan cantar, escribir mejor o peor, y llorar, porque a los poetas amateur, siempre quedan lágrimas.

Economía, los mercados,

la bolsa, la brutal

especulación que nos invade

toda la superficie patria.

Somos marionetas,

pendemos de unos hilos,

y como manifestó José Infante,

son más fuertes y duraderos

que los ideales de las más

sólidas utopías.

Vivimos a sobresaltos,

a suspiros a cada paso,

vivimos con la angustia

convertida en sombra.

Los gobiernos buscan

fórmulas, y el laboratorio

aspirinil es insuficiente.

Ingresos y gastos

rompen la balanza.

La banca juega y desjuega,

su crédito, desacreditado…

bebieron de la teta del poder

y apenas sueltan gotas lácteas.

El pueblo se adormece

en su angustia desorientada,

como una liebre en la puerta

de su madriguera, observamos

con miedo el nuevo paso,

y eso, nos ciega ante el perro…

y aún peor, de la escopeta…

Leganés, 7 de mayo de 2010
José Manuel García García (JOSMAN)

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