Las jornadas de preselección de la Silla de Oro´08 han sido maratonianas. Dieciocho cantaores seleccionados de entre los treinta y cinco presentados, en su mayoría jóvenes y, una final enormemente competitiva entre Elena de Carmen, Francisco Ocón y Maria Ángeles Rodriguez Cuevas, primero, segundo y tercer premio respectivamente. Antes de comenzar la final de la Silla de Oro, hubo una mención especial a la ingente labor desarrollado por Manuel Ballesteros Navas director de la revista Mundo Flamenco, que viene informando puntualmente a un selecto grupo de profesionales especializados de todo lo publicado sobre flamenco en al prensa nacional. Los organizadores de la Silla de Oro se lo agradecieron con la entrega de una menina oferente.
Frente a la decisión final del Jurado, no faltaron sectores en desacuerdo, pero nada pudo empañar el triunfo de la jovencÃsima Elena de Carmen, natural de Bollullos del Condado (Huelva), de 23 años de edad y un largo curriculum de estudio y formación. Tiene una gran sensibilidad al interpretar, aunque inconformista y radical en las cuestiones del cante. En la actualidad se dedica en exclusiva al estudio y a la investigación del flamenco en la Fundación Cristina Heeren y en el Conservatorio Cristóbal de Morales de Sevilla. Admira a Antonio Mairena, la Paquera de Jerez, la Niña de los Peines. Quiere ofrecer este premio a su padre y al guitarrista sevillano Manolito Herrera por el apoyo constante que ha tenido en su carrera artÃstica.
En la segunda parte de la jornada, el baile de Leonor Leal nos envolvió de dulzura. Tiene una técnica depuradÃsima que convierte lo difÃcil en sencillo. Se acompañó de un grupo de cantaores y guitarrista llenos de armonÃa y conjunción con su danza. Nos trajo además el mejor regalo de la Navidad; un artista invitado llamado Antonio Molina «El Choro». Ya sabÃamos de el, aunque no le habÃamos visto antes, fue sorprendente. El contrapunto perfecto al esplendido baile de Leonor Leal.
La jornada final del domingo, tuvo como invitados a dos jóvenes artistas; Jerónimo y José Ramón Jiménez, guitarra y piano, que hicieron las delicias de un publico poco acostumbrado a escuchar otros instrumentos en el flamenco que no sea la sonanta. Sin embargo fue realmente hermoso escuchar por primera vez las notas de un piano de cola en el enorme Polideportivo Municipal de La Fortuna. Jerónimo Maya, sigue manteniendo esa enorme personalidad de guitarrista angelical consumado que le hace diferente a todos los demás.
El Güito, esencia pura del baile por solea, nos dejó además una hermosa farruca, limpia y pausada, para finalmente terminar por bulerias junto al joven Miguel Tellez. Es admirable la profesionalidad y la generosidad de Eduardo Serrano «El Güito» que nos ha honrado con su presencia en estas jornadas.
Un enorme gentÃo de jóvenes y viejos aficionados al flamenco, destacados profesionales de la prensa especializada, artistas y «gente de bronce y seda», llenó al completo las dos noches que cerraron estas jornadas flamencas.
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