Un joven muere degollado tras una pelea en una discoteca de Leganés

26/05/2008

Una noche de fiesta con un final trágico. Eso fue lo que le ocurrió en la madrugada del domingo a Bruno Sánchez Ortega, de 19 años, el joven español que perdió la vida tras una pelea desatada a las cinco y media de la madrugada del sábado con otro grupo de chavales en el interior de la discoteca ‘Malibú’, uno de los locales de copas situado en la plaza de toros La Cubierta de Leganés.


Allí comenzó la bronca que prosiguió en la calle, en las inmediaciones, donde la trifulca terminó con su vida. Pereció degollado, de una certera y única cuchillada, informaron fuentes de la Jefatura Superior de Policía.

Al parecer, la víctima, residente en Madrid capital, y varios amigos suyos, se habían desplazado hasta la localidad vecina para tomar unas copas y disfrutar del viernes noche en la antesala del fin de semana. Eligieron el citado establecimiento de La Cubierta por ser uno de los que cierran más tarde en el municipio. El exceso de alcohol y de gente variopinta que no tiene nada que ver entre sí provoca, a menudo, un cóctel demasiado explosivo. Como parece ser que fue lo que ocurrió la noche pasada cuando el local estaba abarrotado. Había unas 150 personas. Eran cerca de las cinco y media de la madrugada, cuando, por causas que se desconocen, se desató una riña en la que se vio implicada la víctima y uno de sus amigos.

En un lado, un grupo de jóvenes de etnia gitana, según testimonio de los presentes. En el otro, Bruno y sus acompañantes, uno de lo cuales recibió, de manos de la banda rival, un fuerte botellazo en la cabeza. En lugar de dejar las cosas en ese punto, los jóvenes decidieron pedir explicaciones a los rivales, que abandonaron el local. Bruno y su amigo, que resultó lesionado, se quedaron en un primer momento en la discoteca, pero, al final, cuando el local iba a echar el cierre, ambos decidieron ir detrás de ellos, iniciándose una corta persecución por las inmediaciones de la plaza de toros de la Cubierta, que acabó de forma brusca varios metros después, en un parque situado junto al Museo de Esculturas al Aire Libre, junto al recinto Ferial de Leganés.

Allí, tras los gritos, insultos, zarandeos y contusiones de rigor, alguien del grupo enemigo zanjó el asunto, asestándole a Bruno una certera cuchillada en el cuello. De inmediato, el joven comenzó a sangrar abundantemente.

Instantes después, el servicio de Emergencias 112 recibía el aviso de alerta. Eran las 05.50 horas. El comunicante fue escueto: ‘Hay un herido por arma blanca’. A la llegada de la UVI del Servicio Médico de Urgencias de Madrid (Summa), la víctima estaba ya inconsciente, yacía en el suelo, ensangrentado y su estado era gravísimo. ‘Tenía afectado el paquete vascular (la carótida y la yugular), además de la tráquea. Junto a ello, presentaba un traumatismo craneoencefálico severo, a consecuencia de algún golpe con un objeto contundente’, indicó un portavoz.

La hemorragia era muy intensa y estaba muy inestable. Sufrió una parada cardiorrespiratoria, de la que se recuperó. Fue intubado por los facultativos y trasladado en ambulancia hasta el Doce de Octubre. Estaba en estado crítico. Por el camino sufrió varias paradas más hasta que pereció en una de ellas antes de llegar al centro sanitario.

La Cruz Roja atendió, además, en la zona de La Cubierta, entre las 0.500 y las 06.00, a otros tres jóvenes de entre 20 y 25 años que habían participado en la reyerta y presentaban lesiones por agresiones. Todos fueron trasladados hasta el hospital Severo Ochoa, cercano al lugar del suceso. Uno de ellos sufría una fuerte crisis de ansiedad y los demás lesiones por diversos traumatismos. Otro, era el amigo de Bruno, el que sufrió el botellazo en la cabeza y varios cortes. Poco después, cuando fue dado de alta declaró ante la Policía. Su testimonio será crucial para esclarecer y determinar cómo sucedieron los hechos y la autoría del crimen.

A media mañana, el cadáver de Bruno fue trasladado hasta el Instituto Anatómico Forense, en donde hoy se le realizará la autopsia. El Grupo X de Homicidios se hizo cargo de las investigaciones y por la mañana, varios agentes de la Científica peinaban el parque en el que hirieron mortalmente al fallecido en busca de alguna prueba o restos de lo sucedido.

Por la tarde, varias de las personas que presenciaron los hechos prestaron declaración en dependencias policiales. Todos apuntaron a que los que lanzaron el botellazo eran de etnia gitana. Algunos aventuraban a que se trataba de rumanos ‘de los que suelen frecuentar estas salas’. La Policía se centra en buscar al autor del homicidio y su pandilla, por lo que intensificará su presencia en La Cubierta lo que resta de fin de semana.

‘¿Por qué tuvieron que ir detrás de ellos a rendir cuentas?’ Esa era la pregunta que algunos se hacían tras conocer lo ocurrido en un vano intento de dar marcha atrás y cambiar la tragedia.

Algunos leganenses manifestaron a que La Cubierta ‘es un lugar en el que nunca se han cumplido los horarios de cierre’. Todo ello, unido a los excesos de todo tipo protagonizados por los jóvenes, suele desembocar en reyertas y ajustes de cuentas un fin de semana sí y otro también.

Con la de ayer, el número de muertes violentas registradas en la región hasta la fecha se eleva a 24, una menos que hace un año.

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