Basta de represión contra los jóvenes y los movimientos sociales

25/09/2006

El 17 de octubre la Asociación Haydée Santamaria ha sido citada a declarar ante los juzgados de Leganés por la denuncia que la policía local hizo el día del festival en solidaridad con Palestina el 4 de junio, en el que participó entre otros, el Comité de Solidaridad con la Causa Árabe. La Asociación Haydée Santamaria ha ganado el juicio al Ayuntamiento de Leganés por la persecución que sufrimos en el año 2001. La sentencia sale cinco años después.


Muy frecuentemente se comenta en los bares y en algunas tertulias de los medios de desinformación que los jóvenes en el Estado Español son unos pasotas y que no se preocupan de la política y de defender sus derechos. Incluso recordemos, lo que se decía, cuando los estudiantes franceses salieron a la calle contra los contratos basura que les querían imponer.

La realidad no es tal y como nos la pintan, aquí también existe rebeldía y lucha social, lo que pasa es que nuestra democracia es muy poco democrática, empezando por los medios de comunicación y el concepto de libertades publicas que tienen, tanto las propias instituciones como las llamadas fuerzas de inseguridad del estado.

La calle, como espacio publico, de encuentro, de reunión y de convivencia, lo han privatizado y por lo tanto toda actividad social que se desarrolle en los espacios públicos está sometida a la previa autorización del ministerio del interior (la policía), por lo tanto, el disfrute y uso del espacio publico esta sometido a la arbitrariedad del poder de turno.

La policía. Venimos de cuarenta años de franquismo, es decir de una policía fuertemente ideólogizada, donde el enemigo a abatir eran los rojos, los sindicalistas, todo aquel que cuestionase el Régimen dominante. En la llamada transición política no hubo depuración alguna, pero lo peor es que no existió la gran transformación en la formación en estos últimos treinta años. Es muy corriente oír de boca de los policías que asisten a las manifestaciones, frases fuertemente agresivas y en sus actuaciones ensañarse pegando a los jóvenes, sabiendo que tienen impunidad total. Solo hemos visto que un juez ha condenado a unos policía a cinco años de cárcel por interrogar a dos militantes del PP.

¿Qué investigación han abierto los jueces por los abusos y tortura que sufrieron los dos jóvenes de Mostoles por llevar una bandera republicana y gritar viva la República?

Recordemos la actuación de la policía en las manifestaciones contra la guerra, ¿Hay algún policía juzgado por aquellas palizas en la calle Montera a jóvenes? No.

Ahora volvamos a los medios de comunicación y su tratamiento con los jóvenes. Durante un tiempo no se cansaron de sacar los famosos botellones, asociaban a la juventud sólo con la diversión, como jóvenes despreocupados de los problemas sociales. Nos decían que mientras en Francia ocupaban las calles, aquí solo pensaban en divertirse.

Pero llegó la convocatoria por internet para concentrarse en las plazas de las ciudades en defensa de una vivienda digna. La primera la sacaron por las televisiones y hasta la dieron cierto bombo por la forma en que se había convocado, y resaltando que ninguna fuerza política estaba detrás.

El segundo domingo, esos maravillosos jóvenes que empezaban a preocuparse por los problemas sociales fueron brutalmente apaleados e insultados por esos policías democráticos. Los medios de comunicación TV no sacaron esas imágenes de la brutalidad policial, solo era noticia en algunos periódicos. Ya cada domingo se transformaba para la policía en la caza al joven, hubo más de 20 detenidos, apaleados y pasados a disposición judicial con atestados llenos de mentiras policiales que solo buscaban criminalizar a una juventud que piensa y quiere buscar otra sociedad con dignidad y no sometidos a vivir esclavizados de por vida para los bancos y los especuladores inmobiliarios.

¿Dónde estaban esos cínicos periodistas y políticos [a los que] que tanto les gustaban los jóvenes franceses?

La realidad demuestra que prefieren una sociedad dormida y sumisa para mantener sus privilegios.

En nuestro pueblo, Leganés, no estamos fuera de esta realidad. El 4 de junio, la Asociación Haydée Santamaría en colaboración con la Concejalía de Cooperación desarrollaron una jornada de solidaridad con el Pueblo Palestino, en un lugar cerca de la ‘Cubierta’. La actividad comenzó a las 12 de la mañana y tenía que terminar a las 24 horas.

A las 00.12 se personó un coche de la policía municipal exigiendo que se terminase el concierto, se les manifestó que eso era imposible, que se admitía que se iba con una hora de retraso pero que entendieran que una actividad de 12 horas, donde había habido conferencias, teatro, cine, cuenta cuentos, una comida de más de 300 personas y ahora el concierto, era muy difícil ajustarse al cien por cien al horario, más de 3000 personas habían pasado a lo largo del día por el recinto ferial.

Desde las siete de la tarde del sábado amigos y miembros de la asociación estuvieron montando la carpa, los escenarios y las barras para poder empezar el domingo temprano la actividad, pero esa noche un fuerte viento desmontó casi todo lo que se había hecho por la tarde, lo que ocasionó en parte el inicio de las actividades del domingo.

A pesar de nuestras explicaciones el policía municipal seguía con su exigencia de que se suspendiera el concierto, el presidente de la asociación le entregó su documentación para que actuase como correspondiera ante sus superiores y les rogó que se fuesen.

La sorpresa fue impresionante cuando el lunes se le notifica a la asociación que ha sido denunciada ante el juzgado por insultos y tirada de objetos a la policía. Así como que desde el escenario se intentase increpar para que la gente se volviese contra la policía.

Todo es una gran mentira construida por un policía que lo único que buscaba era provocar para justificar una intervención policial y ante su frustración ahora pretende criminalizar a una asociación que no hace otra cosa en nuestro pueblo que intentar llevar una lucha consecuente en defensa de la Paz y la solidaridad con todos los pueblos.

Es intolerable que un policía, «UNO», pueda enturbiar el trabajo solidario de muchos ciudadanos de este pueblo.

Lamentamos las molestias que hayamos podido causar a los vecinos por nuestro ruido, pero nos parece mucha casualidad que siempre nos toque a nosotros. Ya nos ocurrió en el II Festival de Interpueblos, en el año 2001 en el recinto Egaleo, ahora ha salido la sentencia de la denuncia que nuestra asociación puso al ayuntamiento por aquel año de represión que sufrimos y donde nos negaron todos los proyectos subvencionables. Su justicia nos da la razón y anula los acuerdos del Pleno municipal donde se aprobaron las subvenciones.

A nosotros ya nada nos resuelve, solo la victoria moral de que teníamos razón.

Ahora el día 17 tenemos que volver a declarar ante el juez por la denuncia de este policía el día del festival de junio. Otra mentira, pero nos obliga a tener que dedicar energías a defendernos de la represión, pero estamos seguros que volveremos a ganar.

En nuestro pueblo como en todos, son muchas las actividades que se hacen a altas horas y además de muy variado sector social.

Vivir en democracia es que todos podamos expresar nuestra cultura y nuestra forma de vivir la vida.

No queremos ningún privilegio, solo queremos tener el mismo derecho que tienen otros a desarrollar nuestra sensibilidad y a usar los espacios públicos para fomentar la cultura solidaria.

No es la primera vez que nuestra asociación y nuestros militantes sufren el acoso policial, Ya nos hemos visto en varios juicios y todos los hemos ganado, lo que demuestra que de forma sistemática la policía ha actuado de forma ilegal y mentirosa.

Son muchos más los testimonios de abusos policiales que cada dia llegan a nuestro conocimiento, fundamentalmente contra la juventud y las entidades sociales que reivindicamos la calle como forma de socialización y de relaciones sociales fuera de esos monstruosos Centros Comerciales y de las redes consumistas que el actual sistema nos quiere imponer.

También hay que denunciar las dificultades que se nos ponen a los movimientos sociales para poder expresarnos y comunicar nuestras actividades en nuestro municipio. Sistemáticamente somos denunciados por la policía local por pegar carteles. No tenemos radios, no tenemos prensa, no tenemos TV y los sitios que en principio están para pegar propaganda, lo ocupan las empresas privadas. Es hasta llamativo que la llamada prensa local solo acude a dar información si es institucional.

¿Qué nos queda de democracia para la sociedad civil?

Por la libertad de expresión, no más represión.

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